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Antonio José Chinchetru

El peligro de parecerse a China

La política francesa respecto a Internet se parece a la del régimen chino (sinónimo de represión de la Red para cualquier persona medianamente informada) en algunos aspectos

La autodenominada "Patria de los Derechos Humanos" es posiblemente el país de la Unión Europea cuyos gobernantes desprecian más la libertad de los internautas. Cualquiera que navegue por la Red "políticamente correcta" española pensará que los Gobiernos occidentales más represivos con Internet son los de EEUU y el Reino Unido. Sin embargo, la realidad es muy distinta y Francia destaca en este terreno. Si Bush o Tony Blair promovieran normas similares a las existentes o que se han intentado aprobar en Francia, las comparaciones con los nazis, la Inquisición o cualquier dictadura pasada o presente se multiplicarían.
 
Cuando se habla de la nefasta retención de datos, muchos responsabilizan al Reino Unido, sin darse cuenta de que la propuesta británica está en la línea lógica de cómo evoluciona en este terreno la Unión Europea. O sin tener en cuenta de que la normativa felizmente rechazada por la Eurocámara (rechazo que seguramente no sirva de mucho) también fue presentada por Francia, Irlanda y Suecia. El querer controlar por donde navegamos es una tendencia generalizada en gran parte de los Gobiernos del Viejo Continente, y el de París no es precisamente la solución. Sin embargo, no es este el único terreno en el que destaca negativamente nuestro vecino del Norte.
 
En Libertad Digital se atacó duramente, antes y después de su aprobación durante la segunda legislatura del PP, la LSSI. También desde estas páginas electrónicas hemos criticado que el actual Ejecutivo haya mantenido dicha normativa y que, incluso, es posible que la endurezca para favorecer a la SGAE. Sin embargo, esta intervencionista ley no es nada si se compara con la terrible norma que pretendió implantar el Gobierno francés. Afortunadamente para los internautas galos, el Consejo Constitucional de ese país tumbó la liberticida regla.
 
La política francesa respecto a Internet se parece a la del régimen chino (sinónimo de represión de la Red para cualquier persona medianamente informada) en algunos aspectos. Destacan dos de ellos. Uno es una normativa existente desde hace tiempo: la prohibición de sistemas criptográficos. Tanto en China como en Francia está prohibido este tipo de tecnología destinada a garantizar que tan sólo a la persona a la que se escribe tenga acceso al contenido enviado. El otro es reciente. Los planes, apenas comentados en España, del Gobierno galo para controlar a los usuarios de cibercafés.
 
Si se aprueba la legislación presentada por el Elíseo, los clientes de estos comercios en Francia pueden decir adiós a cualquier atisbo de intimidad frente al Estado. Justo como ocurre en China. Las diferencias políticas entre ambos países siguen siendo muy grandes (en la "Patria de los Derechos Humanos" no encarcelan por publicar en Internet, por ejemplo), pero hay que denunciar que en lo referido a la Red, cada día se parecen más.

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