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Antonio José Chinchetru

La paridaz amarga al Partido Pirata

La igualdaz por decreto, la paridaz a la que nos obliga el inquilino de La Moncloa daña hasta a unos altruistas que tan sólo buscan defender lo que ellos entienden como los derechos de los internautas.

La famosa Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, más conocida como "de Igualdad" o "de Paridad" (desde hace unas semanas mejor llamarla de Igualdaz o de Paridaz, por más que mi procesador de textos, poco zapateril él, se empeñe en corregirlo automáticamente a Igualdad y Paridad) le puede amargar la existencia a la única formación política centrada en temas relacionados con Internet.

Debido a la poca cantidad de afiliados que tiene el Partido Pirata y a que la proporción de mujeres entre ellos es más bien baja, esta formación no tiene por ahora capacidad para presentar candidaturas en todas las provincias españolas. ¿El motivo? Que no dispone de las suficientes féminas como para cubrir la cuota femenina en todas las circunscripciones. A pesar de que no es mi intención votarles por motivos que ya expliqué en su día, defiendo su derecho a poder presentarse sin que se lo impidan los caprichos supuestamente igualitaristas transformados en una ley que demuestra tener entre sus efectos el bloqueo electoral de pequeñas formaciones políticas.

Desconocemos el motivo de tan baja tasa de filiación femenina, pero dudamos que sea producto de un supuesto machismo de estos tipos de parche en el ojo y teclado en el lugar del garfio. No hemos visto en su web nada que nos haga suponer que consideren a las mujeres inferiores o algo parecido. Tal vez ocurre algo similar que en las facultades de Informática. Hay menos mujeres debido a que en general los temas relacionados con los ordenadores o con internet les interesan menos. Quizás con el paso del tiempo las aulas de las que salen programadores y similares se vayan llenando de chicas y que lo mismo ocurra con el Partido Pirata. Pero la realidad es que a día de hoy todavía no ha sucedido. Y por ese motivo, la ley castiga a este último a no poder presentarse en todas las provincias.

Es más, podría ocurrir que con una fuerte campaña de afiliación entre el sexo femenino, los responsables de la formación pudieran conseguir las suficientes afiliadas como para completar sus listas. Esto también crearía un problema al partido. Mientras los candidatos masculinos serían elegidos, suponemos, por su idoneidad para representar a los "piratas", en alguna provincia las candidatas lo serían sólo por ser mujeres. Esto es malo tanto para la formación política como para las féminas presentes en las candidaturas. A las que estén por méritos propios más de uno les reprochará ser "de cuota" y a las que están precisamente por serlos muchos se negarán a darles el beneficio de la duda.

La igualdaz por decreto, la paridaz a la que nos obliga el inquilino de La Moncloa daña hasta a unos altruistas que tan sólo buscan defender lo que ellos entienden como los derechos de los internautas. El populismo barato también perjudica a la red.

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