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Una agencia de noticias emite una nota titulada: Adolescente creador de Mikerowesoft.com se "vende" por un Xbox. Se refiere al acuerdo alcanzado entre Microsoft y Mike Rowe que ha puesto fin a la rocambolesca historia que enfrentó al gigante del software con el adolescente canadiense. El autor del teletipo renuncia desde el titular a mostrar los hechos y refleja sus propios prejuicios. El comportamiento inicial de los abogados de la compañía de Sir Bill Gates distó mucho de ser el correcto, como ha reconocido la propia corporación. Sin embargo, el resultado final del caso se puede considerar muy satisfactorio para el joven Mike.
 
Lo que va a recibir a cambio del dominio es mucho más que unas "golosinas", como las define la agencia de noticias. El teletipo en cuestión oculta las compensaciones más importantes del acuerdo. Microsoft va a proporcionar a Mike formación en el uso de sus productos y le entrega una suscripción gratuita al sitio web para desarrolladores de programas de la compañía. Para el gigante del software este pago no supone una gran inversión económica (tampoco puede sacar grandes beneficios de poseer el dominio Mikerowesoft.com). Sin embargo, para Rowe sí tiene valor.
 
Mike será formado por la mayor empresa de software del mundo, cuyos productos va a poder conocer a fondo. Se trata de una gran oportunidad para un joven amante de la informática y puede serle muy beneficioso para su futuro profesional. Al ceder el disputado dominio, el adolescente canadiense obtiene unos beneficios muy superiores de los que hubiera conseguido en el caso de mantenerlo.
 
El joven que se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de Internet este mes ha salido ganando. En contra lo que dice el teletipo, Mike no "se vende". Ha tomado una decisión legítima, desprenderse de su dominio de Internet a cambio de un precio que considera justo. Incluso si el pago se hubiera limitado a una Xbox, tampoco hubiera sido una traición a sí mismo o a otros. Rowe tiene derecho a disponer libremente de su propiedad, lo que incluye su venta, sin que nadie pueda reprocharle su actuación.

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