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Antonio José Chinchetru

Legal pero injusto

El canon puede ser legal, lo dirán los tribunales, pero es terriblemente injusto. Sin duda hace falta una reforma de la legislación sobre propiedad intelectual.

La Dirección General de Defensa de la Competencia ha decidido que el canon a los CD y DVD vírgenes es legal. Eso sí, por mucho que se empeñen los responsables de dicho organismo en tratar de demostrarlo, la denominada "compensación por copia privada" es injusta. Si se aplica la lógica, nos encontramos ante un abuso amparado por la legislación. Es cierto que el acuerdo de ASIMELEC con la SGAE y otras entidades de gestión puede ser entendida como una aplicación de la Ley de Propiedad Intelectual, pero eso es posible debido a que se trata de una norma anticuada y que se adapta a los cambios tecnológicos para proteger los intereses de unos grupos privados (como el de "Teddy" Bautista y otros similares) en vez de a los ciudadanos, en este caso en su papel de consumidores.
 
Algunos de los argumentos del subdirector general sobre Conductas restrictivas de la Competencia, José Manuel Rodríguez de Castro, son absurdos. Ciertas afirmaciones vertidas en la resolución que da el visto bueno al canon son dignas de figurar en una antología del disparate en la Administración. Rodríguez de Castro asegura que la "copia sustituye a la compra de la obra cobrada", por lo que se permite la copia privada compensada con el canon. Claro que Rodríguez de Castro (ni tampoco la ley) se plantea que muy pocas personas, si es que hay alguna, piensan en comprar dos veces un mismo disco original para su uso privado.

Al menos este alto cargo del Ministerio de Hacienda no ha hablado de la "piratería". De hecho, responde a la Asociación de Internautas que el canon no tiene dada que ver con este fenómeno. No estaría de más que también se lo dijera a la SGAE, puesto que el "Clan Bautista" ha recurrido en más de una ocasión al Top Manta para justificar la existencia de la compensación por copia privada.
 
Pero sigamos con los argumentos absurdos. Defensa de la Competencia asegura que la rápida generalización de los CD y DVD vírgenes "se ha visto favorecida por el hecho de que sus comercializadores se negaban a pagar a las entidades de gestión la remuneración por copia privada. Es decir, el ritmo natural de sustitución de una tecnología por otra en un mismo producto [del casete analógico al CD virgen] se ha visto falsamente acelerado por una aplicación discriminada del canon". La verdad de esta afirmación es más que dudosa. El auge de estos discos tiene mucho más que ver con que son soportes de una calidad superior a sus predecesores, duran más tiempo, tienen mayor calidad y permiten almacenar informaciones de muy diferentes tipos: desde música y películas a textos largos y programas de ordenador, pasando por fotografías y animaciones.
 
Parece que a Rodríguez de Castro le preocupa que el ritmo de sustitución de una tecnología por otra superior se haya visto "falsamente acelerado". Para empezar, nada más falso. En países donde no se aplica el canon a ningún soporte, o en los que se aplica a todos por igual (como Francia), el fenómeno se ha producido a igual velocidad, o incluso mayor que en España. En segundo lugar, se le podría preguntar a Defensa de la Competencia por qué es malo que haya una mejora tecnológica en el país. Y para finalizar, si los CD y DVD han sustituido a las cintas vírgenes, no tiene sentido seguir cobrando la compensación por copia privada a los casetes de toda la vida, puesto que ahora se utilizan con fines que nada tienen que ver con los representados por la SGAE y otras entidades de gestión.
 
Por último. Ni un argumento respecto a los usos de los CD y DVD que no tienen nada que ver con la copia privada de música o películas. Al margen de actividades ilegales como la piratería de discos o programas informáticos protegidos con copyright, hay un montón de contenidos que pueden ser almacenados legalmente en un soporte de este tipo que no tienen relación con los bienes intangibles protegidos por la propiedad intelectual. Estos son desde programas y sistemas operativos de software libre hasta fotografías digitales personales, pasando por textos como tesis doctorales o presentaciones para ordenador.
 
En definitiva. El canon puede ser legal, lo dirán los tribunales, pero es terriblemente injusto. Sin duda hace falta una reforma de la legislación sobre propiedad intelectual. Claro que es difícil que lo haga un Gobierno del PSOE, partido que durante todas las campañas electorales cuenta con el apoyo incondicional de los mismos que mandan en la SGAE.

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