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El Consejo de Ministros ha aprobado el tan temido proyecto de la LSSI. Se trata de una norma ambigua que deja abierta la puerta a una acción administrativa de control, por no decir censura, en la que poco o nada tienen que decir los jueces. Parece que Birulés quisiera hacer buenas las letras centrales, SS, de las siglas por las que se conoce la norma. Ese terrible "organismo competente" podría tomar la forma en una especie de policía del ciberespacio (¿el Comando Internet?), que actuara sin control judicial como lo hacían, salvando las distancias, la Gestapo nazi o el KGB soviético.

Esta fuerza parapolicial, supuestamente encargada de velar por la pureza de intenciones de quien activa un sitio en la Red, podría llegar a actuar como lo hacían los citados órganos represivos vigilando por el bien de la raza o del proletariado. Nadie la controlaría a priori y el control judicial posterior poco podría hacer para arreglar el mal causado. A Birulés le preocupa que quienes actuamos en Internet seamos buenos, aunque para ello sacrifiquemos nuestra libertad. ¿O tal vez lo que quiere es quitarnos esa libertad?

Aquellos que estemos dispuestos a atentar contra los principios salvadores que guían el Nuevo Régimen Digital actuando desde el extranjero no lo tendremos fácil. Nuestro "organismo competente" podrá ordenar a los proveedores de Internet que impidan a sus clientes acceder a los sites alojados en otros países. Otra barbaridad que suena a tiempos del pasado, cuando se prohibía adquirir ciertos libros contrarios al régimen imperante.

Ya sabemos lo que nos espera. Baudilio Tomé y Borja Adsuara al frente de unas fuerzas policiales encargadas de vigilar por el cumplimiento de su lema: Un Ciberpueblo, Una Red, Una Birulés.


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