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Antonio José Chinchetru

Panda de salidos

Internet nos ofrece maravillosas posibilidades de informarnos y enriquecernos intelectualmente, pero los usuarios se empeñan en dejarlas a un lado para encontrar fotos e información sobre los guapos y guapas más famosos del momento.

Según las estadísticas del buscador Google, la mayor parte de los internautas está más interesada en encontrar información, seguramente fotos, de Janet Jackson (algo habrá influido en ello su famoso pecho rebelde), Britney Spears, Angelina Jolie o Brad Pitt (las chicas también navegan) que en conocer que ocurrió con el huracán Katrina o el Tsunami asiático. Resulta que, con datos en la mano, la Red está plagada de salidos, más interesados en ver bonitos cuerpos que en saber que es lo que ocurre en el mundo, aunque sean tragedias de la magnitud de las antes señaladas.

Quienes defendemos Internet frente a los constantes ataques y críticas desaforadas que recibe desde medios de comunicación tradicionales solemos combatir la imagen de la Red como un espacio donde tan sólo se encuentran contenidos de sexo, posibilidades de estafar o ser estafado y el paraíso de la piratería de música y películas. Solemos recordar que los ya más de mil millones de internautas existentes en el mundo tenemos a nuestra disposición –con la ventaja añadida de que no tenemos que movernos de casa, el despacho o el aula– más conocimientos de los que pueda albergar cualquier enciclopedia. También insistimos en que podemos informarnos de los acontecimientos de actualidad prácticamente según ocurren y en medios de comunicación de cualquier país del mundo. Muy acertado Luis Ignacio Parada, cuyo aprecio por el ciberespacio no era conocido, cuando sentencia en las páginas de ABC que "puede que no seamos más felices que nuestros ancestros. Pero deberíamos serlo. Porque tenemos el mundo –la información, la comunicación, la cultura– a un simple golpe de clic".

Gracias a la facilidad de publicación online, para satisfacción nuestra y enfado de algunos articulistas de la prensa en papel, quienes nos conectamos podemos acceder y participar a debates ideológicos (y de otro tipo) más vivos, amplios y enriquecedores de los que existían antes del nacimiento de Internet. Un argumento más a favor de la Red. Podemos seguir con razones para defender Internet y desear que se extienda su uso. Tan sólo unos ejemplos: facilita la comunicación entre personas (correo electrónico, servicios de mensajería, etcétera), pone a disposición la posibilidad de comprar bienes que no podríamos adquirir al no venderse en nuestra ciudad o país y genera nuevas formas de entretenimiento y creatividad.

Pero llega el jarro de agua fría en forma de las estadísticas de Google (no lo olvidemos, el buscador más utilizado del mundo). Internet nos ofrece maravillosas posibilidades de informarnos y enriquecernos intelectualmente, así como de hacernos más fácil la vida, pero los usuarios se empeñan en dejarlas a un lado para encontrar fotos e información sobre los guapos y guapas más famosos del momento. Sin duda es algo preocupante, que dice muy poco a favor de la Red... siempre que no se tengan en cuenta que las películas, el fútbol y los programas del tipo “Crónicas Marcianas” o cualquiera parecido tienen más audiencia que los informativos de televisión. O que no pensemos en los índices de lectura de periódicos en cualquier país occidental (en España por lo bajo y en otros como el Reino Unido por dominar la prensa amarilla).

En realidad el internauta es como cualquier otra persona; tiene libertad de elección. Una libertad incrementada en la Red al disponer de muchísimas más opciones entre las que elegir. Además, por mucho que te interese la actualidad, el arte o la física cuántica, ¿a quién no le apetece de vez en cuando alegrar la vista o cotillear un poco sobre su cantante o actriz favoritos?

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