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Antonio José Chinchetru

Ramoncín contra su mala fama

Cada paso que da Ramoncín intentando eliminar de la red contenidos contrarios a él tan sólo le supone un aumento de su mala imagen y mayores posibilidades de seguir perdiendo juicios.

Resulta sorprendente la constante lucha judicial de Ramoncín contra quienes le critican, o contra los sitios web en los que aparecen las opiniones contrarias a él. Suponemos que lo que busca es mejorar su imagen pública impidiendo que se difundan malas opiniones sobre él, pero consigue precisamente lo contrario. Su reputación, al menos entre los que se conectan con frecuencia a internet, no deja de empeorar con cada juicio que pone en marcha.

Y eso es así con independencia de que gane o pierda cada caso concreto. En el caso de que una sentencia rechace sus exigencias e incluso le condene a pagar las costas del juicio, como le acaba de ocurrir, su imagen queda dañada. Para muchos es la confirmación de una prepotencia que le atribuye buena parte de la ciudadanía española. Si, por el contrario, el fallo judicial le diera la razón y obligara a un sitio web a borrar comentarios, su imagen también saldría perjudicada. Automáticamente se multiplicarían, como ya ha ocurrido en otros casos, las críticas e incluso insultos contra su persona por querer censurar la red.

Con cada paso que da Ramoncín intentando eliminar contenidos de la red contrarios a su persona, o incluso insultándole tan sólo logra empeorar su imagen. Alguien debería asesorarle en este sentido. Los únicos que ganan con todo esto son sus abogados, que ven como su minuta no para de crecer gracias a constantes procesos que se alargan durante meses.

De hecho, la última sentencia que condena a Ramoncín a pagar las costas del juicio no debería sorprender a nadie. La Ley de Servicios de Sociedad de la Información y Comercio Electrónico (LSSI) tiene pocos aspectos positivos, tanto en su redacción original como tras su reforma bajo el gobierno socialista, pero uno de ellos se refiere precisamente a los contenidos subidos a una web por terceros. No se puede responsabilizar al propietario de un sitio de internet por los comentarios que en el mismo hayan publicado sus lectores, a no ser que haya una sentencia previa declarándolos ilícitos. Y esto último no había ocurrido. Es más, 20 Minutos ya había retirado comentarios insultantes hacia el cantante, con lo que había demostrado buena fe.

Puesto que tanto le preocupa su reputación, lo que resulta perfectamente legítimo, Ramoncín debería asesorarse con otros expertos antes de seguir confiando en sus actuales abogados. Cada paso que da intentando eliminar de la red contenidos contrarios a él, tan sólo le supone un aumento de su mala imagen y mayores posibilidades de seguir perdiendo juicios.

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