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Antonio José Chinchetru

Un freno a la intolerancia del BNG

Antes de Internet, todo el caso no habría pasado de ser un asunto local, pero ahora esas barreras geográficas se han roto, lo que ha supuesto un freno a la intolerancia del BNG.

La Asociación Gallega de Amistad con Israel (AGAI) es una organización no partidista dedicada a apoyar al Estado judío desde dicha comunidad autónoma española. Sus miembros son una representación de los distintos pensamientos políticos existentes en esa tierra. Como pudimos comprobar quienes tuvimos la suerte de viajar a Santiago de Compostela para asistir a la presentación de dicha entidad (y de paso compartir una de esas grandes, por lo abundante y la calidad de los productos, cenas tan propias de la zona), pudimos comprobar que entre ellos hay afiliados al PP, al PSOE y al BNG, así como liberales no adscritos a ningún partido y personas sin filiación ideológica conocida más allá de su círculo de amistades. Por ocupaciones profesionales tampoco puede ser más heterogénea. Encontramos desde respetados catedráticos a periodistas, pasando por hosteleros y operarios de imprenta.

Tan sólo les une una cosa: su compromiso moral con la existencia del Estado de Israel a vivir en paz y su profundo rechazo a todos los sufrimientos que ha pasado el pueblo judío a lo largo de su historia. Al menos era así hasta ahora. Desde hace días, también les une la indignación por la caza de brujas de la que es objeto su presidente, Pedro Gómez-Valadés, en el Bloque Nacionalista Galego, organización en la que ha militado durante mucho tiempo. Y dicha indignación se ha transmitido a otras muchas personas de todas partes de España y muy diferentes pensamientos políticos gracias a la Red. Antes de Internet, todo el caso no habría pasado de ser un asunto local, pero ahora esas barreras geográficas se han roto, lo que ha supuesto un freno a la intolerancia del BNG.

Las ediciones digitales de la prensa local cuentan el asunto a cualquiera que viva fuera de Galicia. Los correos electrónicos informando de la cuestión y protestando por el acoso que sufre Gómez-Valadés circulan sin parar de un ordenador a otro (yo mismo he recibido unos cuantos), con independencia de los lugares desde donde son enviados y a los que llegan. No importa que se conozca o no al presidente de AGAI o a cualquier otro miembro de esta asociación. Internautas indignados por el antisemitismo de los dirigentes del BNG actúan de forma espontánea para difundir la denuncia del caso como antes no hubiera sido posible. Pronto salta a blogs de distintos lugares y con diferentes ideologías. Es activismo online en estado puro. El caso se multiplica y se convierte en objeto de atención de medios tan dispares como la Cadena COPE, de la mano de César Vidal, y Avui, a través de un artículo de Pilar Rahola.

Sólo gracias al escándalo formado y la indignación que ha creado el asunto, se explica que las más altas instancias de la formación política eviten, por el momento, decidir la expulsión a Gómez-Valadés (y otro medio centenar de militantes del BNG) y devuelvan el caso a los promotores de dicha medida. Y eso ha sido posible por la existencia de la Red y un activismo espontáneo y no centralizado de decenas de usuarios que rechazan el antisemitismo (por mucho que se empeñen en llamarlo de otra manera) de los dirigentes de un Bloque que acoge en su seno a declarados amigos de un dictador como Fidel Castro. Internet se ha constituido como el mejor freno a la intolerancia del BNG.

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