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Antonio López Campillo

10. El renacer en el mundo occidental

El renacer del Islam no solo ha tocado el mundo musulmán, tiene un eco en el mundo occidental. Las razones de esto son distintas en cada zona. Ya se ha visto lo que acontece en Dar al-Islam, un renacer que surge contra la perdida de peso de la religión en las sociedades musulmanas que se "occidentalizaban" al modernizarse. En Occidente las razones del interés por el Islam son variadas. La perdida de la religiosidad, disminución patente de la frecuentación de las iglesias y templos, pocas vocaciones religiosas, son factores que pueden conducir a buscar en otras formas religiosas la fe.

Crecen las sectas, el interés por las "espiritualidades" orientales, importancia de la astrología y de las ciencias ocultas. Hay en occidente como una búsqueda de espiritualidad y en este movimiento aparece también el Islam. Esta religión tiene unas virtudes que no se pueden negar: fe y confianza en Dios; la inexistencia de culpabilidad por la sensualidad; sumisión ante la voluntad de Dios; fraternidad entre todos los creyentes (hombres), cualquiera que sea su color de piel; ser una religión basada en el conocimiento (del Corán, la Saria, los Hadits) y no en el amor, como la cristiana; Dios no es un padre, es un amo; es una religión igualitaria que conserva, por ley, tres grandes desigualdades: amo-esclavo, hombre-mujer, musulmán-no musulmán.

Estas virtudes y normas pueden resultar atractivas para desengañados de otras religiones, y lo es, por el elemento social, para los que se les ha caído el "marxismo". El hundimiento del comunismo como religión laica dejó sin fe a muchos. En el Islam pueden encontrar una fraternidad-camaradería, superior a la que ofrecía el Partido. Encontrar un sometimiento (que es lo que significa islam) a la ley de la historia (en este caso la voluntad de Dios), lo que sucede debía suceder, y que es superior a "las leyes de la Historia". Tiene un objetivo equivalente al estadio final comunista: "una teocracia laica igualitaria", como la describe el hadit: "son iguales entre ellos como los dientes del peine de un tejedor, no habiendo diferencias entre el blanco y el negro, ni entre el árabe y el que no lo es, depende sólo de su grado de temor a Dios". Hay elementos para atraer a más de un militante "colectivista". Y lo que es hoy un punto importante para todo "progre": es una religión anti-occidental. Esto explica, en parte, las conversiones de militantes intelectuales como el filósofo marxista Garaudy.

Las conversiones en Europa se suelen producir entre intelectuales, escritoras, profesores que se enamoran de esa cultura y, como el amor es ciego, sólo ven lo bonito. Entre la ciudadanía predominan los militantes de la extrema izquierda que han abandonado sus ideas con motivo de la caída de los regímenes socialistas. Los actuales muladíes (conversos al islam) proceden de todas las capas sociales, pero predominan entre ellos los ex religiosos y los ex marxistas. Estas conversiones no han implicado ni un aumento ni una disminución de la visión del mundo de los conversos, lo que significa que el cuadro intelectual y moral es prácticamente el mismo, no ha habido desgarro "espiritual"; se trata de una "transición (intelectual) pacifica".

Son los actuales muladíes los que tratan de mostrarnos el Islam en sus aspectos más agradables a los ojos de los occidentales, muchas veces deformando el mensaje del profeta, que suelen conocer de un modo deficiente. Son, aunque no lo expliciten, los misioneros del Islam en Dar al-Harb, es posiblemente su deber.
Los fenómenos de conversión al Islam nos indican, también, que en nuestro mundo, Dar al-Harb, hay algo que no funciona, y que en parte, a lo menos, se refleja en las cabezas de algunos. Debemos reflexionar sobre las críticas que hacemos a nuestra cultura, y sobre todo saber en nombre de qué criticamos.

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