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Antonio López Campillo

7. Los movimientos Islamistas actuales

Existe un sinnúmero de movimientos islamistas en todo el mundo. Pero donde son más violentos es en los países musulmanes, que es donde encuentran un apoyo popular importante y sus ideas tienen un eco sumamente favorable. Como veremos, son movimientos político-religioso, que tiene características especificas en cada región, ya que responden a los problemas locales; pero tienen un elemento común, la restauración del Islam en su pureza original y, así, favorecer la realización de la Umma. Los factores unificadores de todos los movimientos islamistas son el Corán, la aceptación total de la Saria y el reconocimiento de los Hadits. A estos factores de unificación hay que añadir la utilización de una lengua común, el árabe clásico.

En el Islam, como en las otras religiones, con el paso del tiempo y bajo determinadas influencias se producen desviaciones; cuando estas son importantes a los ojos de los ortodoxos, se produce un movimiento de reavivamiento de la fe. En el caso del Islam el fenómeno se ha producido varias veces, recuérdense a los almorávides y los almohades en su lucha contra el relajamiento religioso en África del norte y en al-Andalus. Hoy, el islamismo es un movimiento de restauración religiosa que surge simultáneamente en todo el mundo musulmán, en dar al-Islam. La causa de la corrupción religiosa, el abandono de la fe, tiene un origen: el occidentalismo. La influencia del mundo occidental, su encuentro, debilitó la fe islámica. Los valores de occidente chocan frontalmente con los valores del Islam. El colonialismo produjo una serie de minorías favorables a la adopción del modo de vida de la metrópoli, lo que significaba la liquidación de la sociedad musulmana. Contra ello se alzan los islamistas. La descolonización acentúa y generaliza el movimiento de revival.

Un ejemplo del fenómeno nos lo ofrece el Irán. El Sha Reza Pahlevi trató de occidentalizar Irán, acentuado las medidas que conducían a un régimen laico. Chocó frontalmente con los ayatollhas, el "clero" shií. Al intentar una reforma agraria perturbaba seriamente las propiedades del "clero" y alteraba la vida en el campo, una parte de los campesinos fueron obligados a emigrar a las ciudades donde formaron enormes bidonvilles. Al cambio social se sumó una fuerte corrupción, creándose un gran malestar en las masas. Al Sha sólo le apoyaba la burguesía naciente, los técnicos y el ejercito. En este ambiente, va a surgir un movimiento de rebelión con carácter religioso. No hay que olvidar que en Irán la rama musulmana dominante es la shií, que fue siempre opuesta a los gobiernos. El movimiento islamista lo lanza Ali Shariati, un universitario que ha pasado por la universidad francesa, en Paris; en Irán será profesor universitario y lanza un movimiento "revolucionario-religioso" que tiene un gran eco, y no sólo entre los universitarios. En 1973 el régimen del Sha le encarcela, en 1975 le liberan, escapa a Londres y allí muere en 1977. Shariati está fuertemente influido por Fanon, Sartre y Marx, de los que toma ideas y las adapta al pensamiento islámico. Es el que arrastra a los universitarios a volver a la religión verdadera, y así debilita una de las bases sociales del régimen del Sha.

Junto al movimiento islamista de Shariati, existe en el campo el movimiento de los ayatollhas, que luchan constantemente contra el régimen, encabezado por el ayatollha Jomeini. Es al unísono como los dos movimientos logran derribar al Sha. Jomeini establece su gobierno y los islamistas de Shariati colaboran. La doctrina de este último tenía unos componentes totalitarios, que se acordaban con el pensamiento del Ayatollha.

El pensamiento de Shariati se encuentra en sus obras y en los cientos de miles de cintas magnéticas que circulan por el mundo. Es uno de los pensadores del nuevo islamismo, como se verá.

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