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Antonio López Campillo

Coraza, proyectil y leucemia

Desde que se inventó el escudo, la búsqueda de materiales capaces de perforarlo --espada, pica, lanza, flecha u obús-- iba seguida del perfeccionamiento del recubrimiento de la coraza. Una carrera de inventos en la que cada perfeccionamiento de un lado inducía a la indagación de un nuevo material en el otro. Es un ejemplo de pugna en el que una mejora induce otra, y que se podría llamar "competición creativa".

La mejora de la dureza de los blindajes de los tanques de guerra llevó a la búsqueda de materiales capaces de penetrarlos. Un material duro y denso. La industria nuclear tenía un producto que reunía esas características: el uranio empobrecido, que era un residuo nuclear.

El uranio empobrecido es un material no muy radiactivo, por eso se le califica de pobre. Pero siempre hay un pero: reducido a fino polvo, si es ingerido por un ser vivo puede, y de hecho lo hace, producir lesiones en el organismo. Mantenido en forma de bloque los riesgos son mínimos.

Recubriendo la punta de un proyectil o fabricando el proyectil con uranio empobrecido, se obtiene un obús con un poder de penetración excelente. La bala no presenta riesgos de irradiación. Normalmente, los proyectiles anticarro contienen un explosivo en su interior que ayuda a la penetración y a poner fuera de combate a los servidores del tanque. Al explotar el proyectil se fracciona y una parte de él se reduce a polvo; este puede quedar en suspensión en la atmósfera y los gránulos mayores del polvo se depositarán en el entorno.

El blindado queda fuera de combate, aunque es un éxito que no siempre se logra. Pero, además del montón de chatarra, queda el polvo de uranio. Este último produce, según dicen, efectos colaterales: que es el nombre que los responsables de la guerra de Kosovo daban a los muertos. El que algunos soldados que participaron en la guerra de Kosovo padezcan leucemia y mueran es, muy probablemente, un indicador de lo peligroso que es utilizar armas fabricadas con "venenos", en cuya preparación no se estudiaron todas las posibilidades de "contagio". Curiosamente, el uso del uranio empobrecido era una manera de no tener que guardarlo en un depósito de residuos nucleares, pero lo que han logrado ha sido su dispersión en los campos de batalla y sus alrededores.

¿Y los responsables de esos sufrimientos y de esas muertes? Dicen que el silencio es de oro, pero la muerte es de uranio.

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