Con su hacer demuestra lo que dice. A los 88 años la autora de este libro muestra una vivacidad de espíritu y una inteligencia sorprendente. Nacida en Turín en 1909, estudió medicina, con la oposición de su familia. Al estallar la segunda Guerra Mundial, siendo de familia judía estuvo obligada a vivir escondida. Continuó sus estudios en su casa, donde investigó la neuroembriología del pollo, por ser los huevos fáciles de obtener y poder ser comidos al final de la investigación. Al acabar la guerra, marchó a los Estados Unidos, donde continuó sus investigaciones y allí descubrió el factor de crecimiento nervioso (NFG, Nerve Growth Factor), una pequeña proteína decisiva en el crecimiento y mantenimiento de las neuronas. En 1986, tras treinta años de investigaciones recibió, con Cohen, el premio Nobel. Sus trabajos son decisivos para el tratamiento de la demencia senil.
El as en la manga es un librito, 174 páginas, donde no sólo se nos explica que nuestra sociedad, por el trato que se da a los viejos, “se ha inventado la vejez”. Pero que si bien es cierto que con el paso del tiempo los órganos se desgastan y se degradan, el cerebro puede mantener su actividad, gracias a la “plasticidad” del mismo. Y ese es el as que tenemos oculto, la vivacidad del espíritu. Viejos pero no tonto. Da ejemplos, en forma de pequeñas biografías de ancianos productivos: Miguel Ángel, Galileo, Russell, Ben Gurion y Picasso.
Pero el libro ofrece más. Es una pequeña, pero segura, introducción al estudio del cerebro, una magnífica divulgación científica de los estudios modernos de neurología. Este libro nos demuestra por el ejemplo que se puede llegar a viejo y no morir idiota.
Rita Levi Montalcini, El as en la manga, Editorial Crítica, Barcelona, 1999, 174 páginas.
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