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Antonio López Campillo

Escudo y proyectil o equilibrio humano

El presidente de EEUU ha anunciado que va a continuar el desarrollo del escudo antimisiles, lo que viola el tratado de 1972, el ABM, que prohibía la construcción de un sistema defensivo contra los ataques nucleares mediante cohetes. Protestan todas las potencias nucleares, de Rusia a Francia. Temen que con ese escudo sus armas nucleares queden fuera de juego. Les reduce a la impotencia al no poder amenazar con represalias a los EE UU en el caso que estos les amenacen. El equilibrio del terror, de exterminio mutuo, que no otra cosa es el tratado del 72, permite a los pequeños alzar la voz y mostrar que existen. Pero, detrás de las armas y su equilibrio hay más. La repulsa al escudo tiene motivaciones y raíces más profundas.

Las armas y los escudos se fabrican y la calidad de ambos productos está en relación directa con el grado de desarrollo científico y técnico del productor.

Un país pequeño puede comprar hoy, en el mercado negro, las técnicas y los productos necesarios para fabricar un cohete intercontinental o una bomba atómica. Las técnicas son públicas y hay técnicos en paro. Montar una "fabrica" de misiles o bombas A no requiere mayor esfuerzo intelectual que instalar una industria de ordenadores de última generación. Es cosa que está al alcance de quien tenga el capital necesario, las técnicas están en el comercio, como quien dice. Otra cosa es inventar técnicas nuevas. Por el hecho de ser nuevas no están en el comercio, hay que crearlas, y eso es otra cosa, requiere algo más que dinero y voluntad de poder.

El escudo que propugna Bush junior, es el anuncio de una carrera, no de armas, sino de tecnologías nuevas, tan nuevas que hay que inventarlas. Y esto es otro asunto.

No hay que olvidar que la carrera armamentista entre la URSS y los EE UU le fue fatal al sistema del socialismo real y fortaleció a la economía norteamericana. La razón de esta diferencia reside en el sistema económico y sobre todo en la estructura científica y técnica de cada potencia. En un sitio los cientos de universidades y los miles de científicos y técnicos inventaban para vivir, en el otro realizaban planes. En las pequeñas universidades, y las grandes, de los EE UU hay investigadores que buscan, de acuerdo con su imaginación, conocimientos y aspiraciones, algo nuevo para subsistir. En la URSS los miles de científicos y técnicos se esforzaban, para vivir, en realizar en los plazos fijados, el plan que otros habían pensado, en función de una política estatal. Diferencia de funcionamiento que fue fatal para la URSS.

Hoy el anuncio de realizar el escudo defensivo inquieta a muchos estados, ya que implica nuevas inversiones en armas capaces de superar el futuro escudo USA o, lo que es lo mismo, se les han envejecido las armas más modernas y hay que renovarlas. Pero el meollo del asunto no reside en las armas, que son pretexto para pedir nuevos impuestos a los ciudadanos, no es que queden en inferioridad militar, es que quedan realmente en inferioridad científico-técnica. Hoy ninguno de los estados antiescudo está en condiciones económicas como para destinar grandes créditos a la investigación y al desarrollo, como puede hacerlo, so pretexto de defensa, Estados Unidos.

Por otro lado, negar a los EE UU el derecho a defenderse no parece muy lógico, se diría que el equilibrio del terror, "si disparas te arraso", les parece más humano y más seguro. Y hay quienes dicen que este mundo moderno está ahogándose por un exceso de racionalidad.

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