Un ámbito socio-cultural, una comunidad de más de 1.400 millones de personas, eso es el mundo musulmán. Una población con un crecimiento rápido: en 1954 el Annuaire du monde musulman se daba la cifra de 365 millones en todo el mundo, en 1973 L’Encyclopédie de l’Islam (tomo IV) daba como cifra de los musulmanes en el mundo 600 millones y en 1989 el número de creyentes llegaba, según las estimaciones de la época, a 1.200 millones. Una parte importante de este crecimiento procede de la progresión demográfica natural, pero hay que añadir las conversiones que son numerosas en todo el mundo; de acuerdo con el imán de la mezquita de París habría habido más doscientas mil conversiones en Francia, según referencias de 1986.
La conversión no implica una ceremonia complicada; basta con una simple profesión de fe ante un religioso musulmán, "Alá es Dios y Mahoma su profeta", y ya se ha integrado al Islam, ya se forma parte de la Umma (comunidad de los creyentes). La religión musulmana tiene unos atractivos espirituales importantes: una fe y confianza en Alá total, una sumisión completa a su voluntad, lo que implica un estoicismo ante la adversidad y la muerte, una falta de culpabilidad frente a la sensualidad, una ausencia de racismo, una solidaridad (declarada, más que practicada, hay que recordar los campos de refugiados palestinos, que tienen que ser ayudados por Organismos Internacionales), un determinismo absoluto muy tranquilizador, un más allá delicioso (para los verdaderos fieles, los varones). Las mujeres valen la mitad que los hombres, lo que concede a los varones una superioridad real y que se vive día a día.
La vida del musulmán esta regulada de tal modo que tiene respuestas para cada una de las circunstancias de la vida. De la higiene, la alimentación, el modo de preparar los alimentos, la vida sexual, las relaciones humanas, etc… todo esta codificado. No existe una separación entre la iglesia y el Estado, al no existir una iglesia; ni hay un clero, es una religión laica, del pueblo.
El libro sagrado, el Corán, es una obra completa y cerrada. En el no hay una acumulación de textos procedentes de épocas diferentes, como sucede en la Biblia. De este modo el libro presenta una gran coherencia doctrinal, lo que explica el carácter eminentemente "jurídico" de las diferencias doctrinales entre las sectas musulmanas. Esta coherencia del Libro hace que la doctrina no evolucione con el paso del tiempo, sea "eterna". De todos modos la historia ha modulado el ser del Islam. Los altos y los bajos de su historia se explican desde la doctrina sin necesidad de alterar esta. Los intentos de "innovación" doctrinal han quedado en fenómenos locales. Dado que el tiempo musulmán difiere del lineal cristiano, no hay evolución. Se añaden hechos nuevos, no se integran, el ejemplo es el impacto de la filosofía griega en el mundo islámico.
La influencia del mundo musulmán es muy importante hoy, tanto en política internacional como en la vida de las naciones. Es interesante conocer lo que significa el Islam, yendo directamente a sus fundamentos y evitando los lugares comunes que deforman nuestra visión de este enorme mundo cultural. Las notas que seguirán a esta pretenden servir de breve introducción al Islam Eterno.
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