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Antonio López Campillo

La ausente de Durban

Se han reunido todos los estados miembros de las Naciones Unidas en Durban para hablar de la esclavitud. Es un tema interesante y actual. Una serie de estados que asisten a la conferencia de Durban toleran la esclavitud, concretamente aquellos en los que el Islam es mayoritario, ya que el Corán lo presenta como normal (lo era en la época y en el ámbito en que se redactó el libro santo) y así lo toleran. En Africa, hoy, se venden y compran esclavos, recuerden el caso del barco cargado con niños (negros) destinados a la esclavitud, esto sucedía hace un par de meses. Según contaban eran los padres o algún pariente el que los vendía a los mercaderes. Hay una ONG que se dedica a la compra de esclavos para liberarlos. Se calcula que circulan unos cuantos miles de seres humanos (de color) por los circuitos de la esclavitud. De esto, por el momento, no se ha hablado en Durban, como es natural

Se condena, y con razón, el comercio de esclavos que hasta finales del siglo XIX practicaron los occidentales, cristianos. Se dejan de lado el comercio de esclavos ejercido por los musulmanes y que se practica aún. Se ha podido evaluar la masa de esclavos de color que transportaron los traficantes de esclavos cristianos, pero es imposible efectuar esa medida con los esclavos vendidos por los traficantes musulmanes. Es normal, la memoria es selectiva.

En la Conferencia de Durban se habla de pedir una compensación económica a los países occidentales que compraron esclavos. Es comprensible. Pero hay que declarar que no hay dinero en el mundo que pueda compensar el dolor de ser reducido a esclavitud. Claro que lo que se pide no es eso, simplemente los estados de donde "salieron" los esclavos piden una compensación a los que los compraron a los traficantes. Al pedir compensación les falla la memoria, no parecen recordar que en la mayoría de los casos los negreros, cristianos o musulmanes, compraron, a bajo precio, a los jefes de tribus o poblados la "mercancía". Sería justo pedir a los descendientes de esos jefes locales una indemnización económica por la venta de sus compatriotas (pobres). Hay en la Conferencia como una asimetría mnemónica.

Se ha comentado en esa Conferencia el posible paralelo entre esclavitud y trabajo asalariado. No cabe la menor duda que todos los esclavos sin excepción hubieran preferido ser asalariados y no esclavos. Otros han comparado los estados dictatoriales con un régimen esclavista. Y esos mismos dan la mano a Fidel Castro. Que por cierto fue una isla donde acabaron miles y miles de esclavos de color, parece que se han evaporado pues hoy en Cuba, en la administración y en los puestos importantes, la ausencia de gente de color es asombrosa; donde si están es en el ejercito, como soldados (y en el deporte evidentemente).

Están todos los estados que toleran más o menos la esclavitud, la gran ausente en esa Conferencia es la Razón Razonable. Una lastima.

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