Los atentados islamistas, desde el 11-S hasta el último, en Bali, parecen indicar una red de terroristas perfectamente organizada y centralizada a escala mundial. De ahí que los comentaristas traten de encontrar la "organización" que manipula todo. En Bin Ladin y su Al Quaida encuentran lo que buscan, pero no todo cuadra y hacen entrar en su esquema los múltiples grupos islamistas que se declaran autores de los actos terroristas como aliados de Al Quaida. Las autoridades de los Estados Unidos aceptan la pista de Al Quaida como centralizador de grupos terroristas, lo que confirma las tesis de los multiples "expertos" en terrorismo que pueblan las televisiones de todo mundo. Según estos, el terrorismo es la expresión "natural" del rencor de los pueblos musulmanes ante las humillaciones infligidas por el mundo Occidental, y en particular de los Estados Unidos.
La tesis de un grupo, con su jefe, como el origen del terrorismo evita pensar en otras posibilidades, y reduce, así, el asunto a la búsqueda de unos asesinos más o menos ideologizados, que se aprovechan de una situación de resquemor. Pero hay unos hechos que hacen dudar de la tesis de un potente grupo terrorista manipulador.
Los islamistas matan a decenas de miles de cristianos y animistas del sur del Sudan, y lo mismo sucede en el sur de Indonesia, donde muchos miles de cristianos y animistas han pagado con sus vidas el hecho de no ser musulmanes. En Argelia, casi un centenar de miles de musulmanes demasiado tibios a gusto de los islamistas, han sido ejecutados, en muchos casos de un modo bárbaro. Todas esas víctimas no eran "occidentales", simplemente no eran buenos musulmanes, o eran infieles, ser kafir (infiel) es el pecado más grande, junto al politeísmo, en el Islam, y merece la muerte.
Hay en los islamistas un claro antioccidentalismo y algo más.
Ese algo más es su dura y estricta ortodoxia, su fidelidad sin fisuras al Islam. Por ejemplo, el partido de los Hermanos Musulmanes se define: "Dios es nuestro objetivo, el Profeta nuestro único jefe, el Coran nuestra constitución, la guerra santa nuestra vía, la muerte en la guerra santa nuestro deseo supremo". Los otros movimientos fundamentalistas musulmanes no difieren de la doctrina de los Hermanos Musulmanes. La misión de todo musulmán es la defensa y la extensión del Islam, por todos los medios. El renacer de la religión, cuando esta decae, genera el fundamentalismo, que ha aparecido periódicamente en la historia, recordemos algo que llegó a la península: los almohades del siglo XII eran islamistas, y en Arabia, en el siglo XVIII, el wahabismo… y siempre con los mismos métodos y los mismos ideales religiosos, los del Islam original.
Los comentaristas, los expertos, no tienen en cuenta la fuerza de la religión, y tratan de explicar lo que pasa en el mundo musulmán con los cánones de la civilización occidental, y el resultado es que sus doctrinas no sirven para explicar lo que acontece en el mundo por obra de los islamistas.
Parece como si, con esas doctrinas de los expertos, se tratara de evitar que las acciones de los islamistas se interpreten como el enfrentamiento, violento, de una cultura contra otra, que es lo que parece ser.
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