Es tremendo, pero, desdichadamente, usted tiene toda la razón. Estos no cejarán y los otros, aun con mayoría absoluta, esperando a Godot.
El odio a España ya se lo han inoculado a las nuevas generaciones y a las no tan nuevas. Ayer, oyendo los gritos de los "catalanes de bien" contra la policía que intentaba controlar a los "indignados", acabé de comprender hasta qué punto el daño está bien hecho.
Y, ni la intelectualidad catalana ha estado a la altura de la ofensiva nacionalista ni los que, como usted, estuvieron en un partido que tuvo la posibilidad de desvelar las insidias nacionalistas, supieron mantenerse unidos, a pesar de todas sus diferencias personales y aun ideológicas.
Ellos, en cambio, con diferencias o sin ellas, saben seguir su camino sin dejarse torcer el pulso.
España volverá a tener problemas serios y, como en tiempos de Azaña, serán los nacionalismos vasco y catalán los que la conduzcan al cataclismo. "El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla".
Y, así, dentro de cien años, la saga Pujol seguirá en el machito de una Cataluña que seguirá, mientras le sea posible, exprimiendo económica y moralmente al resto de España.
El artículo impecable, frente a tanto desequilibrado que escribe en este mismo medio, no digamos en otros, que en realidad no quieren la independencia. Solo un pero, no hace falta un error más, Pujol tiene razón el proceso es ya irreversible. Es irreversible desde hace tres o cuatro años. Solo una gran subida de votos de UPyD en las próximas generales podría reconducir el entuerto.