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Antonio Sánchez-Gijón

Al-Qaeda responde en Filipinas

La primera respuesta de Al-Qaeda a su casi segura derrota en Afganistán se ha producido ya en en el sur de las Filipinas. Y ha terminado en otro fracaso. El inspirador del intento, Nur Misuari, fue detenido ayer en Malasia, a donde huyó desde la isla filipina de Joló tras su debacle. Los hechos son los siguientes.

El pasado día 19 una facción del Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN), junto con rebeldes del movimiento Abu Sayaf, aliado de la organización terrorista de Ben Laden, y soldados musulmanes del ejército filipino en rebeldía, lanzaron un ataque contra una guarnición militar en la isla de Joló, en el extremo sur del archipiélago filipino. Hubo 55 muertos. El fracasado Nur Misuari es nada menos que el gobernador de la región autónoma musulmana de Mindano, quien había recibido su investidura como tal del propio gobierno de Manila.

El intento de Joló tenía por fin romper las bases del hasta ahora vigente acuerdo de paz entre el FMLN, fundado por Misuari, y el gobierno de Manila. El acuerdo, alcanzado en 1996, había permitido la creación de la región autónoma.

El ataque de Joló tuvo lugar un día antes del encuentro de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo con George Bush en Washington. Como era previsible, Washington se apresuró a reforzar su apoyo contra el terrorismo filipino. Se darán a Manila 100 millones de dólares para este fin, así como ayuda financiera a la deuda por 460 millones, y otros 200 millones en otro tipo de ayudas.

El alcance político de lo acontecido queda más connotado por el hecho de que el próximo lunes 26 de noviembre se celebran elecciones en la región autónoma musulmana, en que se presentan candidatos del FMLN. Nur Misuari, que no se presentaba, había sido crecientemente marginado por su propia organización, bajo la acusación de mala administración de los fondos enviados por Manila. El frente moro no le ha seguido en sus devaneos extremistas. El 8 de noviembre Misuari se reunió con agentes del movimiento terrorista Abu Sayaf. Este último ha estado implicado en el secuestro de filipinos y extranjeros, tanto en Joló como en Mindanao y la isla de Basilan, así como en Puerto Princesa, en la isla de Palawan, y en una playa de Malasia, de donde se llevaron un puñado de turistas. Algunos de los secuestrados fueron asesinados. También han llevado a cabo ataques al ejército, causándole numerosas bajas. Se considera que los rescates pagados por los rehenes sirvieron para financiar la activa base de Al-Qaeda en Filipinas, así como los viajes de filipinos moros a Afganistán.

El gobierno de Filipinas había tratado de aislar políticamente a Misuari entablando un diálogo más fluido con el Frente Moro Islámico de Liberación (FMIL) , una facción desgajada en su día del FMLN. Para entablar esa relación con el FMIL el gobierno de Manila tuvo primero que infligirle una resonante derrota militar. Fuentes acreditadas estiman en 15.000 los efectivos del FMIL, y en 70.000 los del ejército enviados a Mindanao para reducirlos. En julio del 2000 un enérgico ataque del ejército erradicó cincuenta reductos del FMIL, entre ellos su importante base de Camp Abubakar. Después de su derrota el FMIL adoptó una actitud más conducente a un entendimiento político.

El inestable juego entre la legalidad y la ilegalidad por parte de las fuerzas políticas musulmanas, así como su continuo fraccionamiento, ponen de manifiesto la dificultad de encontrar una base firme para la convivencia con la mayoría católica del país. Esto mismo ocurría en tiempos de la colonia española, durante la cual cada nuevo gobernador general tenía infaliblemente como obligación mandar expediciones militares y navales para someter a los insumisos, firmar con ellos la paz, y empezar todo de nuevo poco después, sin que las cosas cambiaran cuando los norteamericanos establecieron su régimen colonial. Ben Laden, sin duda, ha querido explotar esta fractura estructural entre civilizaciones y religiones, sin darse cuenta de que sus atrevidas innovaciones terroristas no son más que un episodio pasajero de una historia interminable.

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