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Antonio Sánchez-Gijón

Se aceleran las relaciones hispano-israelíes

El actual gobierno español parece deseoso de ampliar intensa y formalmente las relaciones al terreno de la inteligencia, sobre todo en lo que se relaciona con las complicidades de los movimientos extremistas palestinos con las redes terroristas que operan

El reciente viaje del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Félix Sanz Roldán, a Afganistán, acompañando al presidente del gobierno y al ministro de Defensa, le obligó a posponer un viaje a Israel, previsto para el día 18 de este mes. Este viaje se incluía en un ciclo de encuentros entre las dos administraciones de Defensa y de las fuerzas armadas, que se espera eleven sus relaciones a un nivel comparable con el que España mantiene con otros países europeos, sean éstos o no socios de la OTAN. En el mes de enero se realizará la visita del secretario de Estado de Defensa, don Francisco Pardo Piqueras, al ministerio de Defensa israelí.

El impulso a las relaciones bilaterales en el área de seguridad militar fue dado de forma decisiva en la reciente visita del secretario general de Política de Defensa, almirante Francisco Torrente, a Israel. A la hora de emitir esta crónica el ministerio de Defensa no ha precisado las fechas en que se realizó la visita El secretario general del ministerio de Defensa israelí estuvo en Madrid, en diciembre del 2004. Fruto de estos intercambios fue la decisión de dar regularidad a las relaciones de tipo militar. En la embajada española en Tel Aviv se ha instalado la primera agregaduría militar española ante el estado de Israel; su titular es actualmente el coronel Pacheco. Las relaciones militares de Israel con España se llevan a cabo a través de su agregaduría militar en París, aunque Israel tiene en su embajada en Madrid un delegado para asuntos de la industria militar y cooperación tecnológica de la defensa entre los dos países.

La voluntad de llegar a un mayor entendimiento en materia de seguridad militar ha crecido notablemente en los últimos años. Medios israelíes observaron un gran interés español por acercarse a Jerusalén en materias de inteligencia a medida que se aceleraba la segunda Intifada, en los años 2002-2004, con la explosión de la actividad terrorista de los grupos palestinos opuestos a la paz con Israel. Durante aquella confrontación gobernaba en España el Partido Popular. A pesar de este mayor interés español, los contactos no alcanzaron el nivel político deseado por los israelíes, esto es, al nivel de ministros. No obstante, el secretario de estado de Defensa del ministerio del PP dirigido por Trillo-Figueroa, Fernando Díez Moreno, realizó una visita a Israel. El secretario de Estado de Defensa es normalmente el encargado de los acuerdos de cooperación industrial militar. Las relaciones industriales y tecnológicas de tipo militar entre los dos países son importantes.

El actual gobierno español parece deseoso de ampliar intensa y formalmente las relaciones al terreno de la inteligencia, sobre todo en lo que se relaciona con las complicidades de los movimientos extremistas palestinos con las redes terroristas que operan en España y Europa. Pero la cosa llega más allá de la inteligencia o las relaciones bilaterales. Estas iniciativas no pueden separarse del interés de la Alianza Atlántica por mantener una estrecha cooperación con Israel, al igual que lo trata de hacer con los países árabes de la cuenca mediterránea. En el ministerio de Defensa israelí existe una oficina de enlace con la OTAN.

La necesidad de una estrecha colaboración en el plano de la seguridad militar o civil entre los países europeos e Israel es especialmente significativa para la Unión Europea. Los triunfos de Hamas en las recientes elecciones municipales en los territorios palestinos sitúan a la Unión Europea ante una desagradable disyuntiva: suspender la ayuda económica con los municipios controlados por Hamas, dado que este movimiento está en la lista de la UE de organizaciones terroristas, o meterse en la ardua tarea de mantener la ayuda, haciéndola llegar a la sociedad y los grupos humanos que la necesitan, sin que Hamas meta sus manos en los recursos. Tarea prácticamente imposible. Es el español Javier Solana, alto comisionado para la política Exterior y de seguridad de la Unión, quien debe lidiar ese toro.

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