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Armando Frontado

Después de Chávez

Profesionales universitarios venezolanos comenzaron a reunirse en Caracas en foros especializados para estudiar qué viene después de Chávez. ¿Qué ocurrirá en una Venezuela virtualmente desintegrada? El comandante-presidente espera gobernar doce años más, pero los sectores pensantes venezolanos estiman que la actual experiencia militar izquierdista no durará dos años más. Y en efecto, da la impresión para él más prudente de los analistas que el proceso Chávez ha comenzado su etapa final.

Sectores comunistas moderados y ultra marxistas están alarmados y han tomado distintos caminos.

Los rojos, a través de tres viejos dirigentes, dieron recientemente una rueda de prensa pidiendo a todos los factores de poder realizar un estudio profundo sobre los alarmantes hechos que están ocurriendo en Venezuela: la inseguridad ha aumentado, la corrupción militar es más grave que en ninguna otra época venezolana. Y el desorden gubernamental es total. Ellos sostienen que con una “revolución” así no se va para ninguna parte.

Bandera Roja, la organización guerrillera, que siempre se ha empeñado en solucionar los problemas sociales pistola en mano, oficialmente sigue en el gobierno y controla los centros fundamentales de poder de donde parte el apoyo logístico para las masas que permanecen fieles a Chávez, pero simultáneamente ha tomado la calle por encima de las otras organizaciones que respaldan al comandante y está sacudiendo a Venezuela con manifestaciones y disturbios en las principales ciudades. Los encapuchados de Bandera Roja toman los liceos y destruyen las instalaciones educativas.

Sólo la popularidad de Chávez sostiene al régimen, pese a la ineficiencia y la falta de una estrategia política, pues el gobierno -convertido en un mar de contradicciones- ha logrado que nada funcione si no interviene y lo aprueba el propio Chávez.

El ejército virtualmente dividido se mantiene a la expectativa, esperando quizás un descenso en la popularidad del presidente para poner fin a la situación.

Algunos observadores creen que la corrupción militar, (millones de millones de bolívares están desapareciendo de los fondos nacionales, sin obras visibles) es una operación destinada a mantener a los altos oficiales chantajeados, mientras otro sector militar calificado de reaccionario, sostiene una actitud aparentemente indiferente.

Si las personalidades que están estudiando cómo resucitar a Venezuela después de Chávez actúan con inteligencia y se desligan totalmente de los personeros de la llamada IV República, es decir de los desacreditados dirigentes de Copei y Acción Democrática -los partidos que se alternaron el poder a lo largo de 40 años- mostrando una cara nueva y eficiente, podrán facilitar el proceso de transición.

Una vez más copeyanos y adecos tienen parte de la culpa de lo que sucede, pues mientras ellos se empeñan en hacer política, disfrazados o dando la cara, Chávez se fortalece.

De Venezuela, un pensador dijo una vez: “Este país se debate entre viejos desacreditados y jóvenes sin credenciales”. Y en efecto la suerte venezolana depende de que aparezcan jóvenes con credenciales.

En la Patria de Bolívar todo puede ocurrir.

© AIPE

El venezolano Armando Frontado es analista político.

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