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Aurelio Alonso Cortés

25-F con las víctimas

Zapatero es de ideas fijas sobre su antepasado y malo es usarlas como ariete. Al dividirnos en dos bandos –"los rojos y los demás"– pierde la imparcialidad para representarnos a todos los españoles.

No es normal la insistencia de Zapatero en lo de "a mi abuelo le mataron en la guerra". Fue su incoherente respuesta a la pregunta de la madre de la guapa mutilada Irene Villa: "¿Por qué ha pasado esto?". Ocurrió el último viernes en La Moncloa ante las víctimas del terrorismo.

En ABC Consuelo Ordóñez –hermana de Gregorio el asesinado por ETA– descubre que no es la primera vez que el presidente relaciona los asesinatos de la banda con la muerte de su abuelo. Hace meses, sin venir tampoco a cuento, en el mismo Palacio y ocasión, ya mostró idéntica incoherencia por lo que se ve arraigada en lo profundo. Y Consuelo le espetó: "y a mi abuelo los rojos". Con razón. ¿Qué tiene que ver una desgraciada guerra civil con la actual matanza terrorista? Zapatero es de ideas fijas sobre su antepasado y malo es usarlas como ariete. Debe cuidarse si, como dice el DRAE, la fijación es el ingrediente de una perturbación anímica llamada "obsesión". Al dividirnos en dos bandos –"los rojos y los demás"– pierde la imparcialidad para representarnos a todos los españoles.

¿Estamos ante un caso clínico? Un atrevido político ha ido más allá cuestionando si el presidente estará traicionando a España. Posiblemente a tan rigurosa apreciación haya precedido la lectura del artículo 102 de nuestra Constitución, aun vigente, sobre responsabilidad penal en sus funciones de un presidente del Gobierno. ¿Son actos amparados por el cargo, y por tanto lícitos, los de impulsar, personalmente y "como sea", la secesión de parte de España, llevándose además por delante "lo que sea"incluidas las mil víctimas del terrorismo? El "como sea" indica, por si solo, que se exceden límites legales.

Según tal artículo "si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado... sólo podrá ser planteada por la cuarta parte de los miembros del Congreso y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo". Este "doble filtro" –insuperable al necesitar ahora el voto del "frente separatista"– sería triple si añadimos el que su pupilo, el Fiscal del Reino, difícilmente ejercerá la acusación.

Con similar blindaje –salvo el del Fiscal– tropezaría una eventual moción de censura, segundo método para destituirle. Inténtese aunque fracase. No sería poco beneficio reanimar al alarmado pueblo español y ponerle las pilas a Zapatero.

Volviendo a las "manías guerracivilistas" ¿cuantos españoles se habrán preguntado si estará en su sano juicio? El pasado domingo lo planteó un prestigioso historiador en un programa radiofónico. Hagamos para aclararlo el siguientetest de normalidad:

  • ¿Es normal un presidente que por si y ante si, sin consultarlo con el pueblo español, ha prometido a Maragall y a Ibarreche la autodeterminación de Cataluña y País Vasco y otras "adherencias territoriales"?
  • ¿Puede un presidente en sus cabales deteriorar el concepto de la Nación a la que sirve, calificándolo de "debatible y debatido"?
  • ¿Es normal que se desgaste en apoyando operaciones de empresas privadas como la Opa de Gas Natural? ¿Puede ignorar que generará sospechas de recibir pasta como lobbista?
  • ¿Tiene alguna lógica su cesión sistemática ante los pequeños lideres caribeños a costa de asumir riesgos frente a los Estados Unidos que pagaremos en nuestro "pompis"?

Cabe añadir a este test de normalidadotras muchas espinosas preguntas sobre acciones gravemente ilógicas basadas en una congénita debilidad. Esta incita a los beneficiados, poco agradecidos, a propinarle bofetadas como las del pasado "weekend siniestro". Tras anunciar Zapatero el viernes en TV el "inicio del principio del fin", los etarras, al día siguiente le daban con la puerta en las narices insistiendo en la autodeterminación, incluyendo Navarra, en un comunicado subrayado por el habitual bombazo. Simultáneamente el portavoz peneuvista Egibar osó calificar a la banda como "organización política" que hace uso de las "técnicas modernas de lucha de minorías contra mayorías".

Y también el sábado en Bilbao una manifestación reivindicaba la independencia so pretexto del macrojuicio de la Audiencia Nacional. Casi al unísono en Barcelona, aprovechando la coyuntura vasca, los escamots de ERC salían a la calle berreando contra la Nación Española. A nadie extrañe pues que el domingo resucitara aquel semienterrado GRAPO o un sucedáneo, atraído por el olor a presa sin coste o riesgo personal.

Entrados en esta semana, el lunes el Tribunal Supremo impedía que los asesinos de "mayor alcurnia" puedan ser moneda de cambio para una tregua. Cumplirán hasta 30 años pese a la rebaja por trabajos carcelarios; un palmetazo al proyecto Zapatero y a su Fiscal del Reino que reconfortará a Fungairiño. Y es que en un Estado de Derecho –no de desecho– hay vencidos: las penas se cumplen.

Y el martes la alemana E.ON ha presentado una contraopa amistosa sobre Endesa que arruina la Opa de Gas Natural. Mientras los de CIU y ERC graznan, a Zapatero se le habrá indigestado la butifarra con que le premió La Caixa celebrando, a destiempo, la creación del monopolio. Cuidado, "presi", con vetar la contraopa. Sería fraude de ley usar la acción de oro del Gobierno –prohibida por la UE–, o un decreto-ley con tufo dictatorial; y también aplicar la "función 14" de una Ley de 1998 sobre veto a operaciones que afecten a mercados regulados.

Los accionistas de Endesa tienen derecho al mejor precio que ahora se oferta. Y los consumidores queremos competencia antes que cebar "campeones nacionales". No nos monte una guerra virtual con Alemania. Todavía recibimos unos pocos fondos europeos gracias a la aportación germánica. A cuenta del 10% que quedó tras haber perdido, usted, el 90% en las negociaciones.

¿Qué remedio nos queda a los españoles de bien?, me preguntarán. Pues salir a la calle el sábado 25 de febrero. Para decirle a ZP que ya no nos representa:"¡En mi nombre nooo...!"

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