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El CGPJ y la falta de "consideración institucional"

Lo que está pasando es mucho más simple, es una total falta de interés por hacer cumplir la Ley, ya que comprar y colocar once banderas de España no requiere ni un gran sacrificio económico, ni supone un gran problema técnico. César Velasco Arsuaga.

Once vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han presentado recientemente una queja ante su presidente por la falta reiterada de "consideración institucional" hacia lo que ellos representan. Es posible que los firmantes del escrito se encuentren justamente quejosos si reiteradamente les hacen de menos; si en vez de hacerles esperar en la sala de autoridades de los aeropuertos les hacen esperar en la sala común, con el resto de los mortales, y hasta es posible que cuando el pasado día 2 les invitaron a un desayuno informativo organizado por Europa Press para escuchar al nuevo ministro de Justicia, se sintieran ofendidos cuando les indicaron que debían sentarse más alejados de la mesa principal de lo que ellos consideraban oportuno. Si los vocales se sintieron ofendidos, bienvenidos al club de los ofendidos. Desde hace demasiados años, demasiados españoles nos sentimos ofendidos al contemplar las fachadas de los juzgados de la Comunidad Autónoma vasca sin que en las mismas ondee la bandera nacional, es decir, la bandera de España.

Resulta increíble que en los juzgados, en los edificios en los que se imparte justicia, se haga ostentación del incumplimiento reiterado de la Ley 39/81 sin que ese CGPJ haya solucionado urgentemente esa irregularidad, que en ningún momento ha provocado que los vocales, ahora molestos, se unan como una piña para protestar al igual que lo han hecho por el desafortunado desayuno al que fueron invitados.

Según la Ley, "la bandera de España simboliza la Nación, es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la Patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución", y por lo que representa esa bandera, miles de españoles, especialmente vascos, han sufrido la presión de los separatistas y de los terroristas. Por ello, y por ellos, todos debemos ser exquisitos en el cumplimiento de la citada Ley, y hacer que la bandera de España ondee dignamente en todos los edificios oficiales de todas las administraciones e instituciones, incluidos los edificios judiciales.

En octubre de 2006 se presentó ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco una queja por no tener instalada la bandera de España en las fachadas de los juzgados vascos. Soy consciente de los esfuerzos que realizó el presidente de dicho Tribunal para solucionar esa irregularidad, soportando las impertinencias –"no tengo un puñetero duro para mástiles"...- del consejero de Justicia vasco, hasta tener que llegar a requerir la ayuda del anterior CGPJ, el cual, ante los silencios del Gobierno vasco y del Gobierno de la Nación, acordó crear una partida económica para instalar los mástiles y la bandera de España en los juzgados vascos.

Sin embargo, han pasado más de seis meses de ese acuerdo, y más de dos años desde que se presentó la denuncia y las banderas siguen sin ponerse. Hay quien piensa que los actuales miembros del CGPJ no se atreven a enfrentarse al inefable señor Azkarraga, ni tampoco quieren incomodar a mi paisano, alavés y español, señor Ibarretxe, y están esperando que dejen el Gobierno vasco para hacer cumplir la Ley. Si es así es una pena, pero yo no creo que sea así. Creo que lo que está pasando es mucho más simple, creo que es una total falta de interés por hacer cumplir la Ley, ya que comprar y colocar once banderas de España no requiere ni un gran sacrificio económico, ni supone un gran problema técnico, ni nadie del Gobierno vasco se atrevería a impedir que las instalasen. Como muestra de una dejadez impresentable tenemos el caso del juzgado de Balmaseda (Vizcaya), donde desde hace años podemos contemplar su fachada con el mástil instalado a falta de colocar la bandera de España. ¿A qué esperan a colocarla? ¿Tampoco tienen dinero para comprar una simple bandera?

Al defensor del Pueblo Vasco o Ararteko también se le presentó recientemente una queja por no colocar la bandera de España en la fachada de su edificio, y en tres meses la colocó, no mareó la perdiz. La colocó y no hubo ninguna guerra ni la tierra tembló. ¿Por qué él puede solucionar su irregularidad en tres meses y el CGPJ tarda tanto tiempo?

Estoy convencido de que la bandera de España ondeará finalmente en los juzgados vascos y en su momento así se lo comuniqué al señor Azkarraga, pero lo que lamento es que tengamos que seguir siendo los ciudadanos los que debamos exigir a nuestras autoridades que cumplan ellos la Ley 39/81; lo que lamento es la pasividad que muestran ante su incumplimiento; eso sí que es una indudable falta de consideración de las autoridades a los ciudadanos y a lo que representa la bandera de España.

César Velasco Arsuaga.
Ex subdelegado del Gobierno en Álava.

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