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Borja Prieto

El pez chico se come al grande

Después de gastar nuestro dinero en procedimientos de defensa de la competencia, lo que ha conseguido la Unión Europea es perjudicar a los usuarios de Windows 7 sin mover ni un milímetro la "posición dominante" de Microsoft.

Una de las excusas para defender la injerencia de los gobiernos en el mercado es que evitan que las grandes empresas consolidadas impidan la competencia a las pequeñas.

A nuestros eurócratas, siempre dispuestos a velar por nuestros intereses, les preocupa mucho la posición dominante de Microsoft, así que cada dos por tres le hacen una investigación por "abuso de posición dominante" o algo así.

La última ha sido a cuenta de Windows 7 y los navegadores. Resulta que Opera, empresa sueca que desarrolla una de las alternativas a Internet Explorer, exigía que la próxima versión de Windows incluyera varios navegadores. Así el usuario podría ser libre de elegir entre Explorer, Firefox, Chrome o, evidentemente, Opera.

A la Unión Europea le pareció de perlas, pero Microsoft ha preferido otra opción: Windows 7 saldrá sin navegador en Europa. Si no puede ser Explorer, no será ninguno. Los europeos que se instalen Windows 7, sin embargo, no se quedarán sin navegar por la web: alguna solución tendrá pensada Microsoft.

Es decir, después de gastar nuestro dinero en procedimientos de defensa de la competencia, lo que ha conseguido la Unión Europea es perjudicar a los usuarios de Windows 7 sin mover ni un milímetro la "posición dominante" de Microsoft. Posición dominante, por otro lado, que no deja de debilitarse debido a la competencia de Firefox.

Lo cierto, además, es que las posiciones dominantes, a no ser que un gobierno las sustente, no son inamovibles en un mercado libre.

Esta semana, Microsoft ha anunciado que retira su producto Money, un gestor de finanzas personales que ha competido durante años con Quicken. Al final, ha sido este producto, ofertado por la minúscula (en comparación con Microsoft) Intuit, quien ha ganado la batalla.

Ni siquiera el gigante mundial del software, el que cuenta como plataforma con el 95% de los sistemas operativos de los usuarios, el que tiene todos los secretos de Windows, es capaz de asegurar que no llegará una empresa más pequeña y más enfocada y le obligará a retirar del mercado el producto con el que compite. Y sin que tenga que intervenir un sólo burócrata.

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