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Borja Prieto

¿En qué momento se jodió la ciencia?

No sé en qué momento se jodió la ciencia. Sé que esto en lo que se han basado los políticos para aumentar los impuestos, las subvenciones y el control sobre los ciudadanos no es ciencia, aunque durante años hayan conseguido hacerlo pasar por tal.

No sé en qué momento se jodió la ciencia, pero algo muy gordo ha tenido que pasar desde que yo salí de la facultad de Biológicas. En el siglo pasado, los científicos que me daban clase se enorgullecían de despreciar el argumento de autoridad. Una y otra vez, en cada asignatura, los héroes eran los que, contra el pensar mayoritario de los científicos de su época, conseguían demostrar sus tesis. Siempre valía más el resultado de un experimento que el consenso de los sabios. Hace treinta años, cualquiera que hubiera intentado justificar la validez de sus hipótesis con una apelación al consenso, o al conocimiento de sus proponentes, hubiera sido ridiculizado sin piedad como medievalista.

Otra de las cosas que aprendí es que para que un experimento fuera considerado válido debía ser reproducible. Eso era lo que distinguía la ciencia de la charlatanería. Nadie puede reproducir experimentos sobre OVNIS, y nadie ha diseñado un experimento que pueda ser replicado y que demuestre que la telepatía es real.

Por último, la piedra de toque para una hipótesis científica era su capacidad de predicción, es decir, que debía ser capaz de explicar los resultados de cualquier nuevo experimento. En cuanto un solo experimento no fuera explicable por la hipótesis comúnmente admitida, esta debía descartarse y buscarse una nueva. La principal ambición de un científico era diseñar un experimento que probara la falsedad de una hipótesis establecida, para así poder defender una hipótesis propia.

Lo que el Climagate ha venido a poner de manifiesto es que la "ciencia" del calentamiento no cumple ninguna de las tres características. De entrada, la apelación al "consenso" ya apesta a mala ciencia. Desde el siglo XVIII, a ningún científico que se respetara a sí mismo se le hubiera ocurrido apelar al consenso para dirimir una cuestión científica, y sin embargo los climatólogos lo hacen sin cesar. Tienen además otro comportamiento acientífico, que es despreciar a los críticos no por sus argumentos o sus datos, sino por "no ser expertos en climatología". Pero ¿desde cuándo eso tiene alguna importancia? Einstein era un funcionario de una oficina de patentes y Darwin un párroco rural, y nadie puede discutir su contribución a la Física y a la Biología.

Los documentos del CRU demuestran que los climatólogos se resisten con uñas y dientes a compartir sus datos y sus modelos. El resultado es que, por mucho peer review que pretenda haber en la publicaciones científicas (y hasta eso lo manipularon), nadie puede reproducir los modelos que utilizan para sus predicciones. El argumento para defender esta práctica es que parte de los datos se han obtenido firmando un NDA, esto es, un acuerdo para no difundirlos. Si es así, esos datos nunca se debieron usar para hacer ciencia. Si un experimento no puede reproducirlo cualquiera que lea el paper y tenga los instrumentos adecuados, no es un experimento científico. Es una superchería indistinguible de los trucos de los parapsicólogos.

Por último, los emails demuestran que los climatólogos del CRU eran conscientes de que sus modelos no reflejaban la realidad de la última década, en la que no se ha producido ningún calentamiento. Su conclusión: los datos deben estar equivocados. Un científico honrado hubiera admitido un fallo en sus modelos, pero ellos optaron por eliminar datos "que debían estar mal", corregir otros, ponderar los de más allá, y así hasta obtener unos resultados que se ajustaran a su modelo. Nuevamente, esto no es ciencia.

No sé en qué momento se jodió la ciencia. Sé que esto en lo que se han basado los políticos para aumentar los impuestos, las subvenciones y el control sobre los ciudadanos no es ciencia, aunque durante años hayan conseguido hacerlo pasar por tal. Afortunadamente, como en las películas clásicas, la verdad científica siempre acaba imponiéndose. Que se lo pregunten a Wegener, una víctima clásica del consenso científico.

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