Hoy se cumple el quinto aniversario de la muerte de Rocío Dúrcal. Muchos acontecimientos han ocurrido en esa familia, que ha pasado por momentos dramáticos por el tema de la herencia aunque afortunadamente, hoy parece que ya todo está solventados.
Su viudo, Antonio Morales, mantiene vivo el recuerdo de la mujer que le hizo feliz todos los años que compartieron juntos.
Junior, que es poco amigo de actos sociales, acudió a la entrega de los premios "AMC la mujer y el vino", y no paraba de comentar lo orgullosa que se sentirá Marieta de su familia por haber logrado conseguir la tan ansiada reconciliación. "Llevamos cinco años sin ella, pero siempre está presente, hemos decidido que este año vamos a juntarnos todos pero no vamos a celebrar ninguna misa", contó.
Reconoció que después de la muerte de su mujer, su vida se desmoronó por completo, pero que afortunadamente después de haber recuperado a sus hijos está muy feliz. Añadió que tras haber dejado el alcohol, se ha convertido en un hombre nuevo.
A Junior se le ha cambiado la cara. Su aspecto es mucho más saludable, y el semblante de tristeza le ha desaparecido por completo, y hasta se está planteando el volver a componer. El tema de la herencia está arreglado, y las demandas que en su momento se pusieron se van a retirar. La casa familiar de Torrelodones no se va a vender, y toda la familia está encantada con los preparativos de la boda de su hija Carmen, que será el 30 de abril en Ibiza.
El dichoso padre no pudo contar más detalles, porque como él mismo dijo entre risas, "por hablar tanto, no me los cuentan, ni siquiera sé si seré el padrino".
Una historia, larga, en la que ha habido momentos muy amargos, pero con un final feliz.