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Carlos Pérez Gimeno

El tremendo enfado de la duquesa de Alba

Doña Cayetana está indignada con el que fuera su yerno favorito, Francisco Rivera, después de saber que se va a tener que enfrentar en los tribunales con su hija Eugenia por la custodia de Cayetana, la hija que tuvieron en su matrimonio.

Doña Cayetana está indignada con el que fuera su yerno favorito, Francisco Rivera, después de saber que se va a tener que enfrentar en los tribunales con su hija Eugenia por la custodia de Cayetana, la hija que tuvieron en su matrimonio.

Al torero siempre le ha tenido un gran cariño a pesar del pésimo marido que fue a causa de sus infidelidades, pero Doña Cayetana es así de pintoresca.

Cuando se separaron, el propio Francisco reconoció que no fue un marido ejemplar ni mucho menos, pero a su suegra no le importó demasiado y continuó tratándolo como si no hubiera pasado nada. Cierto es que Doña Cayetana siempre confió en una reconciliación para su hija, que de sobra es conocido que es su ojito derecho, pero la duquesa no le va a perdonar esta decisión de recurrir a la justicia. Está indignada, y parece ser que ha decidido no asistir a Ronda a la célebre corrida goyesca.

El problema de recurrir a los tribunales es que la niña tiene que ir a declarar, y eso en la Casa de Alba ha sentado como un tiro. Cayetana ha estado todo el curso en Inglaterra y a su regreso ha planteado que no quiere vivir en Madrid y que se quiere ir a vivir con su padre a Sevilla. Por su parte, Eugenia, su madre, se ha negado rotundamente y ha dicho que la niña continúa en el Instituto Británico, donde ella también cursó sus estudios, y que una vez terminados ya decidirá. De momento tiene solo 13 años y ese tipo de decisiones a ella no le corresponde tomarlas.

Por otra parte, en Sevilla corre el rumor de que Lourdes Montes pueda estar embarazada, y que se convierta en la próxima señora de Rivera, pero de momento no hay constancia de ello.

Lo que sí parece que está muy cerca es la concesión de la nulidad eclesiástica, lo que le permitiría al torero poder volver a casarse por la Iglesia. En el momento de solicitarla, Francisco no tuvo el más mínimo problema en reconocer sus infidelidades antes y durante su matrimonio con Eugenia.

A pesar de su separación, la relación entre ambos no era mala, pero después de los últimos acontecimientos todo apunta a que la guerra está declarada.

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