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Carlos Pérez Gimeno

La boda de Chayo Mohedano

Una boda por todo lo alto, con 420 invitados, y donde hubo algún que otro problema a la hora de sentar a todos, y que finalmente pudo solucionarse.

Al día siguiente de cumplir 32 años, la sobrina de "La más grande" se casaba en el mismo lugar, la finca de la Yerbabuena, donde lo hizo primero su tía , la inolvidable Rocío Jurado y un año después la hija de ésta y prima de la contrayente, Rocio Carrasco.

Una boda por todo lo alto, con 420 invitados, y donde hubo algún que otro problema a la hora de sentar a todos, y que finalmente pudo solucionarse.

La novia, que llegó con casi una hora de retraso, hizo su aparición en la misma calesa que años atrás tambien utilizaron su tía y su prima. La finca estaba perfectamente engalanada para la ocasión, con flores de varias especies, y la ermita recién encalada para que todo estuviera perfecto, así lo comentó el propio Ortega Cano, que estaba muy emocionado al ver a su sobrina que como el mismo dijo, la quería como a una hija.

Chayo escogió dos vestidos para la ocasión, uno de ellos lo veremos ésta semana en la exclusiva que ha hecho para la revista Hola, con toda la familia. Después todos se cambiaron para el evento. Como dice el refrán "el que no corre, vuela" y hay que sacar perras, que la boda ha costado un pico.

La diseñadora sevillana, Aurora Garviño, ha sido la elegida para confeccionar el traje que disimulaba el embarazo de la novia, blanco roto con encajes antiguos y pelo recogido en un moño.

Uno de los momentos más emotivos se produjo a la salida de la iglesia, mientras repicaba la campana y en ese momento desde el campanario los hijos de Ortega Cano y de Rocío Carrasco y otros primos más lanzaron pétalos de rosas. Desconozco de quién fue la idea, pero es un detalle de lo más fino.

Mientras todo el mundo lo pasaba estupendamente y disfrutaba del enlace, comiendo, bebiendo, y bailando, en un programa de televisión, Eugenio Ortega Cano, hacía unas declaraciones en contra de su hermano José y de toda la familia Mohedano que daban auténtica vergüenza. Según el propio Eugenio, la familia de la que fuera su cuñada no podía ver a su hermano y le tachaban de maricón y borracho.

Sí la pretensión de éste señor fue el aguar la alegría de la boda no lo consiguió porque nadie se enteró de las barbaridades que estaba diciendo en contra de su propio hermano. Hace falta tener poca vergüenza. En lugar de hacer eso, no estaría de más que se preocupase de cuidarse de él mismo que buena falta le hace.

Ahora es cuando vendrá la polémica y la respuesta del torero, si es que quiere hacerla. Lo que está muy claro es que la relación entre ellos es inexistente, todo lo contrario que con su familia política, ya que con su cuñada Gloria y el marido de ésta se llevan muy bien y hasta trabajan para él.

Una familia que lleva siempre la polémica como bandera.

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