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Carlos Pérez Gimeno

La discreta boda de Marta Ortega

No han querido recibir ningún regalo por su unión y han preferido que sus invitados donen ese dinero a diferentes organizaciones destinadas a personas sin recursos

La boda de Marta Ortega, la hija pequeña del hombre más rico de España, como era de suponer ha estado marcada por la discreción. En ningún momento han querido que no fuera nada mas que un enlace como tantos otros, con alrededor de 200 invitados, entre familia y amigos íntimos.

El interés mediático ha sigo grande, como es lógico, ya que a esta boda se la puede calificar como la mas importante del año aunque no se sepa nada mas que lo que la familia ha querido que se supiera a través de un gabinete de comunicación, creado para la ocasión. No ha habido ni siquiera una foto de los novios donada para los medios.

Está claro que cuando alguien no quiere salir en prensa, no sale, por mucho que haya gente que diga lo contrario. Una boda donde no ha habido exclusiva, ni posado pactado, y no habrá sido por falta de ofertas, pero en el clan Ortega eso es impensable. Marta ha heredado de su padre, el magnate de la industria textil Amancio Ortega, la discreción y la sobriedad que caracteriza a esa familia.

No han querido recibir ningún regalo por su unión y han preferido que sus invitados donen ese dinero a diferentes organizaciones destinadas a personas sin recursos.

A pesar de todo, la expectación estaba servida y desde primeras horas de la tarde del día del enlace hubo gente que se acercó para ver no solo a los novios. También querían ver a una de las amigas intimas de la novia, me refiero a Carlota Casiraghi, que al final fue la gran ausente, no como la otra niña rica Athina Onassis que sí acudió acompañada de su marido el también jinete Álvaro de Miranda. Quienes también acudieron fueron Jesús Garmendia y su esposa la soprano Ainhoa Arteta, que en la ceremonia interpretó el Ave María de Gounod.

Todo transcurrió en la más absoluta tranquilidad, donde no hubo carreras ni enfrentamientos importantes con los paparazzis, y los vecinos del municipio de Cambre, lugar donde la familia posee un magnifico pazo del siglo XVII , lo pasaron de maravilla y pudieron disfrutar de esa sencilla boda, que para ellos fue todo un acontecimiento.

Se desconoce dónde se irán a pasar la luna de miel Marta y Sergio pero con toda seguridad una instantánea del nuevo matrimonio se venderá muy bien. Ahora solo hace falta el saber dónde están, seguramente algún buen sabueso los encontrará.

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