Qué paradojas tiene la vida. Hoy se cumplen cinco años de la triste desaparición de Rocío Jurado: un cáncer pudo con una de las artistas más grandes que ha dado España. Ahora, el que fuera su marido durante tantos años, el diestro de Cartagena, el gran José Ortega Cano, se debate entre la vida y la muerte, después de sufrir el pasado fin de semana un accidente de tráfico en el que casi pierde la vida, y todavía es temprano para saber cuál será el desenlace.
En el fatídico suceso ha habido una víctima mortal, Carlos Parra Castillo, de 48 años, que deja viuda y dos hijos.
La salud del maestro, todavía y como se suele decir, está pendiente de un hilo. Ortega es un hombre fuerte, ya que debido a su profesión ha sufrido muchas e importantes cornadas, temiéndose por su vida en diferentes ocasiones. Al final siempre ha logrado salir por la Puerta Grande. Es de esperar que ahora lo vuelva a conseguir, aunque este toro es muy difícil de lidiar.
Si logra salir adelante del accidente, lo que le espera después va a ser muy duro. No va a ser fácil coger al toro por los cuernos.
José es un señor, en el amplio sentido de la palabra, con una gran sensibilidad. Habrá que ver cómo reacciona al tener que enfrentarse cada día con ese peso a sus espaldas, el de haberle causado la muerte a una persona.
Su familia le apoyará en todo momento como siempre lo ha hecho. Nada más ocurrir el suceso, gran parte de su familia se presentó en la clínica donde está internado. No se separan de él, están pendientes de su evolución y de los partes médicos.
Ahora lo único que se puede hacer es esperar, ver cómo es su evolución y confiar en que sea favorable.
José Ortega Cano, un torero de los pies a la cabeza, un magnífico marido, y un padre ejemplar. Ánimo maestro, y mucha fuerza.