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Carlos Pérez Gimeno

Nati Abascal, cada día más distante

Nos gustaba mucho más cuando se reía, y posaba de manera frívola y sobre todo, cuando después de algún sarao se le notaba que estaba contenta, risueña y queriendo a todo el mundo muchísimo.

Es todo un enigma: todo apunta que Nati Abascal tiene una infección en las cuerdas vocales o le ha comido la lengua el gato o tiene un problema de comunicación grande. Se respira un cierto aire de preocupación; con lo dicharachera que podía llegar a ser... desde hace un tiempo todo eso ya es historia. Nati no habla.

Cuando se le preguntaba tiempo atrás por los preparativos de la boda de su hijo, no despegaba la boca. Ha estado todo el verano bastante desaparecida; da la impresión de que está enfadada con el mundo. No se si será porque a lo mejor no le gusta mucho la nuera que le ha tocado en suerte.

En ese inmenso reportaje que le ha dedicado y pagado la revista ¡Hola! no hay una sola foto en la que se le vea feliz al lado de Laura Vecino. Lo único que se nota nada más abrir la revista es el impresionante photoshop que le han metido, de tal manera que la madrina parece mucho más joven que la novia. Una foto de la boda para los medios no hubiera estado de más, hubieran quedado estupendamente, y no así, con tanto hermetismo.

Después de mucho tiempo sin que se la viese, Nati apareció en la fiesta de despedida de solteros y se mostró en todo momento muy esquiva con los medios que estaban en la puerta del local donde se iba celebrar el acto.

Unos días después de la tan sonada boda, Nati fue una de las invitadas a la entrega de un premio que le daban al diseñador francés Jean-Paul Gaultier. No quiso saber nada de la prensa que estaba cubriendo el acto y estuvo más antipática que nunca. Lo normal hubiera sido que respondiese cuando simplemente le preguntaban qué tal le había parecido el enlace de su hijo y si estaba satisfecha con cómo había quedado todo. Pues no hubo manera.

No sé dónde estará aquella Nati divertida que aunque nunca ha contado mucho a no ser vía exclusiva o reportaje cobrado, ahora está cada vez más imposible.

Nos gustaba mucho más cuando se reía, y posaba de manera frívola y sobre todo, cuando después de algún sarao se le notaba que estaba contenta, risueña y queriendo a todo el mundo muchísimo.

Ahora no sé a quién querrá, pero un poco más de simpatía por su parte, y alguna sonrisa, nunca está de más.

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