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Carlos Pérez Gimeno

Raphael, incombustible

El artista hizo participe al público asistente y les invitaba a que cantaran desde sus butacas temas como Escándalo, Maravilloso Corazón o Estar Enamorado.

Lleva más de cincuenta años en los escenarios, y su energía la tiene intacta. Parece mentira que Raphael se mantenga así de bien, a pesar del transplante de hígado al que tuvo que someterse y que estuvo a punto de costarle la vida.

Afortunadamente, todo eso pertenece al pasado, y el artista de Linares continúa conservando el estrellato que alcanzó hace muchas décadas.

Más de tres horas duró el recital que ofreció en Madrid. Fue el primero que de los 15 que dará en la capital. Su gira por España está siendo un rotundo éxito, en cada ciudad que ha estado, ha arrasado y todas las localidades se han agotado.

Raphael hace un repaso a sus canciones de siempre, más de treinta temas, entre rancheras, boleros y tangos. Se atreve con todo.

El público que abarrotaba el Teatro Compac Gran Vía, de Madrid no paró de aplaudirle, y gritarle desde "Viva la madre que te parió "o llamarle todo el tiempo "guapo", entre otros muchos piropos.

El artista hizo participe al público asistente y les invitaba a que cantaran desde sus butacas temas como Escándalo, Maravilloso Corazón o Estar Enamorado, entre otros.

En las primeras filas se pudo ver a sus incondicionales, como Alaska y su marido Mario Vaquerizo, Carmen Jara, y su hermana Soledad, que estuvo tantos años casada con su gran amigo y representante, Paco Gordillo, tristemente fallecido; la bailarina María Rosa, y Victoriano Valencia, y su esposa Paloma, que comentaban lo felices e impacientes que están con la llegada de su segunda nieta, ya que su hija Paloma Cuevas y Enrique Ponce les vuelven a hacer abuelos dentro de escasas semanas. "Paloma está muy bien, y estamos todos como locos", contaron.

Raphael, en el transcurso de la actuación, anunció lo ilusionado que está preparando un disco nuevo con temas de Manuel Alejandro.

Como es habitual, su familia estuvo acompañándole, pero en esta ocasión, no tuvieron más remedio que repartirse, ya que su hijo Jacobo actuaba en un conocido local madrileño, donde acudió su mujer, Amelia Bono.

Natalia Figueroa estuvo, como siempre, entre bambalinas; su nuera, la actriz Toni Acosta, también acudió con su madre, y su hija Alejandra asistió con su marido.

Una noche en la que Raphael, como es de rigor, volvió a salir por la puerta grande.

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