Menú
Carlos Rodríguez Braun

Corbacho y la hucha de las pensiones

La Seguridad Social no es un sistema de pensiones, porque no hay en ella ahorro ni propiedad privada de los ciudadanos, ni hucha, ni nada.

Que la crisis no empañe el optimismo. Tal parece ser la consigna del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que ante la caída de las cotizaciones debida a la disminución del número de afiliados, pretendió desactivar las alarmas y afirmó que la Seguridad Social tiene "una salud de hierro: nunca ha estado tan llena su hucha (...) las pensiones de los chicos que ahora tienen 16 años están aseguradas".

El lenguaje de los políticos a propósito de la Seguridad Social simula el de un inversor, desde la propia denominación de "seguridad" (antes se hablaba de "el seguro") hasta alusiones al ahorro, como la famosa "hucha". Pero la Seguridad Social no es un sistema de inversión ni de ahorro, algo sólo aplicable a los sistemas de pensiones genuinos, es decir, a los de capitalización. Sólo allí cabe hablar de pensiones, porque los ciudadanos ahorran en unos fondos, de los que son propietarios partícipes, y al jubilarse cobran como resultado de haber ahorrado durante muchos años. Existe efectivamente una hucha cuyo rendimiento permite pagar las pensiones.

La Seguridad Social no tiene nada que ver con esto y en realidad no es un sistema de pensiones, porque no hay en ella ahorro ni propiedad privada de los ciudadanos, ni hucha, ni nada. Se llama "sistema de reparto" porque sólo la coacción política y legislativa permiten que un puro sistema de estafa piramidal, de los que en el mercado no duran mucho y acaban estallando con gran escándalo, en este caso se eternice: la garantía de la fuerza pública, obligando en cada momento a los trabajadores activos a pagar mediante sus cotizaciones las pensiones de los pasivos, es la única "garantía" –política, arbitraria, inestable, desmoralizante y corrompedora– del pago de las pensiones presentes y futuras.

En Libre Mercado

    0
    comentarios