Menú

Gaspar Llamazares habló de “un cruzado del liberalismo dogmático” para referirse a José María Aznar. Según José Vidal-Beneyto, el fútbol es el ejemplo más cabal del “capitalismo ultraliberal”. Los antiliberales practican sistemáticamente el truco de asustar con unos presuntos malvados que nos atacan. Realmente, calificar a Aznar de liberal radical es una broma, o un insulto a la inteligencia.

Lo peor es que detrás de las advertencias apocalípticas viene la corrección de los supuestos excesos liberales a través de redentores recortes de la libertad. Vidal-Beneyto es nítido al respecto. Tras lamentar, como han hecho los aristócratas e intelectuales de toda la vida, que a la gente le guste el fútbol, llega a la lógica conclusión de que si los ciudadanos hacen eso libremente, entonces lo que se necesita es que hagan otra cosa. Por su bien.

Esto dice el ilustre columnista de El País: “El siglo XXI necesita otras propuestas de actividades lúdicas para su tiempo libre, otros modos de afirmación comunitaria para la armonía de sus sociedades”. El lenguaje cálidamente tribal de los enemigos de la libertad –afirmación comunitaria... armonía- no oculta la esencia del modelo político de la tribu: si al jefe no le gusta lo que hacen libremente los indios, pues peor para los indios.

0
comentarios