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Carlos Rodríguez Braun

El ser humano consumista y predatorio

Estos señoritos no quieren que la gente consuma, creen que somos idiotas, porque "la competencia provoca nuevos bienes y necesidades", y nosotros consumimos porque nos falta la gran inteligencia de Sampedro y Fuster.

Es característico del pensamiento dominante el desprecio por las personas libres. Y si viene por partida doble, pues doble. Es el caso de una entrevista en El Mundo a dos darlings del progresismo, José Luis Sampedro y Valentín Fuster. El economista, escritor y académico es célebre y adorado, y no hace más que quejarse todo el rato de lo mal que va todo: "Vivimos en una sociedad esencialmente predatoria... en nuestro afán por explotar el mundo, destruimos el medio". El afamado cardiólogo le echa la culpa a nuestra "sociedad tan consumista" y ansía más y más restricciones: "que desde un mundo de consumo lleguemos a la limitación".

Algún día alguien tendrá tiempo para investigar el caso de Sampedro porque, al revés de tantos otros iconos progres, él sí que estudió economía, y no está claro qué fue lo que pasó para que se convirtiera en gran repetidor de falacias y tópicos que un curso introductorio basta para despejar. El ser humano no es predatorio, es justo al revés: es creador. Si fuera predatorio no habría aumentado el nivel de vida y jamás habrían alcanzado la prosperidad tantos cientos de millones de personas como lo lograron en el último siglo.

El odio al consumismo es típico de la elite ilustrada, que lo que en el fondo rechaza es el enriquecimiento del pueblo. Cuando lo logra, estos elitistas lamentan el consumismo, cuando en realidad lo que lamentan es el consumo, es decir, el bienestar. Nuestras sociedades no son consumistas: son ricas, que no es lo mismo. Si uno quiere muy poco consumismo, basta con darse una vuelta por los países comunistas, los mayores enemigos del consumo y de la riqueza que hay en el planeta.

Pero estos señoritos no quieren que la gente consuma, creen que somos idiotas, porque "la competencia provoca nuevos bienes y necesidades", y nosotros consumimos porque nos falta la gran inteligencia de Sampedro y Fuster. Ellos sí que saben lo que nos conviene: la pobreza. Y además, la tristeza, porque al muy admirado José Luis Sampedro, lo que le parece muy mal es: "el hedonismo, o sea el pasarlo bien, ir al fútbol". Oiga, señor sabio, ¿quién le ha dicho a usted que la gente no tiene otro valor más importante que el placer? ¿En qué mundo vive? Y, por cierto, ¿qué tiene de malo pasarlo bien e ir al fútbol?

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