El secretario general del Partido Socialista de Madrid, Rafael Simancas, tiene la solución para reducir el desempleo: la “economía social”. Las bondadosas empresas de esta economía son “aquellas que fomentan el autoempleo y anteponen las necesidades personales de sus componentes a las económicas”. Se trata de un buen resumen de los tópicos del pensamiento único.
Imaginemos que unos ciudadanos montan una empresa con el único objetivo de ganar dinero, y no para satisfacer ninguna otra necesidad. No les interesa el autoempleo sino el empleo a secas, con la peculiaridad de que sólo ofrecen trabajo a los parados. Pero como son unos genios, venden bienes y servicios de tanta calidad y a un precio tan atractivo que el negocio crece sin cesar y finalmente la plantilla alcanza los dos millones de personas, con lo cual el paro en España desaparece por completo. ¿Habría que criticar a esta empresa desde el punto de vista del empleo y por violar los principios de la economía social?
