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Ampliamente elogiado como demócrata y progresista, e incluso galardonado en tanto que liberal, don Federico Mayor Zaragoza es estimado por muchos como poco más o menos que la lúcida y brava conciencia del mundo. Le ha ido divinamente en términos de fama y poder, de lo cual me alegro, porque estoy convencido de que es una persona excelente y le deseo lo mejor. Esto dicho, Mayor Zaragoza es rico en humo y siempre repite las consignas del pensamiento único. Su último artículo en El País lo prueba una vez más.

Sostiene don Federico que la seguridad que debemos buscar en Europa brota de tres orígenes. Primero, “el desarrollo endógeno global”. Bonitas palabras, pero oscuras, porque no precisa por qué es tan obvio que el desarrollo, endógeno o no, nos hará más seguros (no creo que apunte a un mayor gasto en defensa), salvo que sostenga que el terrorismo es culpa del subdesarrollo, tesis reaccionaria y falsa. Segundo, “la consolidación de una democracia a escala planetaria”. Esto no es una tontería sino algo más peligroso, porque pone el énfasis, y a escala planetaria, nada menos, sólo en la forma del poder, y no en sus límites. Tercero: “la erradicación de los paraísos fiscales”. Esto sugiere que esos paraísos son sólo centros de violencia criminal. Por supuesto que hay que perseguir a los terroristas, pero es ingenuo, sino algo más grave, pensar que la presión tributaria no tiene nada que ver con los paraísos fiscales.

Para coronar un artículo vaporoso e insustancial, don Federico da fe de intervencionismo económico progresista: “Europa debe guiarse por unos principios intransitorios, sin transferir sus responsabilidades a las veleidades del ‘mercado’”. Veamos. En el mercado hay gente que compra y vende; esa gente tiene veleidades, sin duda, pero también tiene principios y responsabilidades –por cierto, responsabilidades que es arduo eludir. Si no actúa el mercado, don Federico, actúa la política, la burocracia, las administraciones públicas locales, nacionales e internacionales. ¿De verdad cree que sólo allí la gente tiene sólo principios permanentes, responsabilidad intransferible y ninguna veleidad?

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