Menú
Carlos Semprún Maura

Cocina sin sal

El reajuste ministerial de Jospin ha sido, como previsto, muy modesto. Dos anónimos secretarios de Estado, elegidos alcaldes, se quedan en sus anónimas alcaldías y llegan dos señoras: M.C. Lienemann, diputada de esa “izquierda socialista” que se define por su perpetua exigencia de un aumento de los impuestos, a la Vivienda, y P. Guichard-Kunstler a los Ancianos. Dentro de nada van a poner un ministerio de los patinetes. La prensa de izquierdas celebra que la férrea ley sobre la paridad haya permitido que 47,5% de las nuevos concejales sean mujeres, pero no todos dicen ( y “El País”, desde luego, no) que estas nuevas concejalas son en su inmensa mayoría de la oposición, o de la derecha, como guste.

Da la casualidad, de que inmediatamente después de la victoria de la oposición en estas municipales, el juez Halphen convoca de nuevo el presidente Chirac, como testigo, en el marco de la instrucción sobre financiación ilegal de los partidos –todos: RPR, PS, PC–, en el asunto de la construcción de liceos en París y región. Se han comentado las comisiones “ocultas”, los detalles del video del “muerto que habla”, Merry , las sumas pagadas a dichos partidos para obtener el permiso de construir, pero nadie ha denunciado que dichas empresas, para reequilibrar los gastos, construyeron liceos en tan malas condiciones que se fueron derrumbando uno tras de otro. Es una historia de antes de 1995, antes de la última y pésima ley sobre financiación estatal de los partidos, cuando Chirac era alcalde de París. El Elíseo ha contestado al juez Halphen, como ya la había hecho anteriormente, que su petición era anticonstitucional. Por lo visto, un juez no puede convocar al Presidente de la República como testigo.

Otra pesquisa judicial y más grave, le toca a Michel Sapin, actual ministro de la Función Pública (o sea, de los funcionarios), pero en relación con hechos ocurridos en 1992/93, cuando era ministro de Finanzas de Mitterand y, como tal, intentó cubrir los gigantescos desfalcos y estafas del estatal Credit Lyonnais. Procesados junto a Sapin –¿por qué no dimite?– están J.Y. Haberer, ex director del banco; Jean-Claude Trichet, actual director del Banco de Francia, entonces del Tesoro; J. De Larosière, entonces director del Banco de Francia, y otros muy altos funcionarios. ¿Cómo decía el bueno de Hamlet? Todo está podrido en el reino de Mitterand.

No es el único problema del señor Sapin. Sus funcionarios van a la huelga. Este jueves serán los transportes. Exige aumento de salarios y jubilación anticipada. Ya cotizan menos años –y menos todo– que en el sector privado, pero es buen momento para obtener más. En París se había instaurado una folclórica costumbre: todos los sábados por la tarde, una manifestación recorría sus calles, por los motivos más variopintos –incluso series, a veces, como en el caso de las enfermeras y de los hospitales, en general. Con Delanoe de alcalde, se prevé que vayamos a sufrir, además, la jornada de los patinetes verdes, de los ciclistas rosas, de los raperos sordos, y de los floreros rojos y... ¡lo que te rondaré, morena!

En Internacional

    0
    comentarios