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Cuando lees Le Figaro y te parece estar leyendo L’Humanité (diario comunista), te das cuenta hasta qué miserable pensamiento único ha llegado Francia. El viejo insulto británico a los “franchutes” de frog eaters, o bouffeurs de grenouilles, se queda corto. No es que coman ranas, es que todos a una, en un inédito delirio nacionalista, dicen lo mismo y mienten descaradamente. Francia sólo ha conocido una tal unanimidad patriótica, allá por los años cuarenta, después de la derrota, cuando la inmensa mayoría de los franceses aplaudía al llamado “régimen de Vichy”, súbdito de los nazis. Con la diferencia de que entonces había censura, y además estaba en Londres un tal general de Gaulle, que no decía exactamente lo mismo. Y que estuvo condenado a muerte por Vichy.

Todos los medios, todos, presentan a los USA como totalmente aislados en sus deseos imperialistas de “apoderarse del petróleo iraquí” mediante la guerra. África, Asia, los países árabes, América Latina, Europa, estarían en contra del cowboy Bush, y en cambio apoyarían la deslumbrante y valiente postura del Presidente Chirac. Por arte de birlibirloque, la propaganda chovinista intenta convertir a Chirac en el único adversario de Bush, incluso más potente que él, ya que representa el campo del Bien, o sea el de la paz.

Para desmontar esta mentira, quedémonos un instante en Europa, y echemos cuentas: Reino Unido, España, Italia, Países Bajos, Dinamarca, Polonia y todos los demás países europeos recién liberados del comunismo, todos, o sea, la mayoría absoluta, defienden, con sus matices, la política de los USA contra la tiranía iraquí, mientras que sólo tres países –Francia, Alemania y Bélgica–, tienen un punto de vista “pacifista”, pro Sadam. Eso no quita que en los discursos oficiales, como en la prensa, se repita: “Europa unida, jamás vencida, está contra los USA”. Ya lo decía Goebbels: cuanto más mientas, más convences. Como, por lo visto, el Reino Unido es un hueso más difícil de roer para la prensa francesa, se han sacado de sus anchas mangas un bulo: Tony Blair está en las últimas: el Partido Laborista, el pueblo británico, todos, exigen su dimisión, todos están “por la paz”.

Mientras tanto, algunos, antaño sensatos periodistas, declaran que la culpa de todo lo que ocurre en el Próximo y Medio Oriente, la tiene el difunto Imperio Británico. Sin decir nada de la política pro iraquí de Francia, recientemente y hasta hoy; sin aludir a los intereses petroleros galos en Irak, ni siquiera al hecho de que Francia procuró a Irak los ingredientes para fabricar la bomba nuclear, cuya construcción estaba en marcha, hasta que dos aviones israelíes destruyeron, sin visto bueno de la ONU, pero gracias a dios, la fábrica en la que se estaban construyendo.

Da la casualidad de que el señor MacShane, ministro británico de Asuntos Europeos, era el invitado, este domingo por la tarde, de una emisión de la televisión francesa. Defendió magníficamente la política de Tony Blair, insistió en la necesidad de luchar contra las tiranías, a favor de la democracia en el mundo entero. “Hace doce años que Sadam se burla de la ONU ¡basta ya!”. Negó que la jefatura de Blair estuviera en peligro, “hay discusiones, como en todo partido democrático, pero la mayoría está con Blair”. Con un humor perfectamente british, dejó boquiabiertos en varias ocasiones a los tres periodistas que le oponían la magnífica política francesa, que ridiculizó sin demasiadas dificultades.

Cinco minutos después de la entrevista, el informativo de la misma cadena LC1, afirmaba exactamente lo contrario de lo que el ministro británico acababa de decir. Este lunes, toda la prensa francesa gime: ¡USA nos amenaza! Habría que enviar a Chirac la fábula de La Fontaine, que cuenta cómo una rana quiso convertirse en buey, y cómo explotó.

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