El video censurado de la infeliz periodista de “Libération”, Florence Aubenas, sigue sembrando confusión en Francia, sobre todo cuando pide que Didier Julià intervenga personalmente en las negociaciones para su liberación. El primer ministro Jean-Pierre Raffarin afirmó ayer, en la Asamblea Nacional, que sólo los servicios oficiales (y secretos) franceses podían y debían encargarse de tan delicadas cuestiones. Y dirigiéndose al diputado presente, sin nombrarle, le ordenó: Usted, ¡a la niche! Paralelamente, dichos servicios secretos galos volvieron a interrogar al diputado de la mayoría, Julià. Esta mañana, viernes, Raffarin ha reunido a los jefes de todos los partidos representados en el Parlamento, para discutir con ellos de la situación. Cabe preguntarse si es la mejor manera de mantener una máxima discreción. Se da por descontado que, como en el caso de los otros dos periodistas, secuestrados y liberados, Chesnot y Malbrunot, lo que está esencialmente en cuestión, es la suma necesaria para el rescate de Florence Aubenas.
En los medios se insiste sobre la larga”amistad” de Julià con los partidos “Baas”, sirio e irakí, como si fueran partidos hermanos, olvidándose que Siria formó parte de la gran coalición antiirakí, durante el primer acto de la Guerra del Golfo, sin citar otros conflictos entre ambos países y ambos partidos. Es cierto que hoy las cosas han cambiado, y Siria apoya descaradamente a los terroristas irakíes, como apoya a los terroristas palestinos, sigue ocupando el Líbano, y ¿quién puede afirmar si va a enfrentarse o aliarse con Irán, otro país muy activo en la región, y en las diferentes conspiraciones terroristas contra Israel y los USA, o sea contra la democracia?
El Presidente Chirac ha decidido la fecha del referéndum sobre la Constitución europea: el próximo 5 de junio. Según mi pronóstico, ganará el “sí”, pero será un triunfo “zapaterista”, con un “no” mucho más importante que en España, y una fuerte abstención. Será un “sí” por los pelos, y sin entusiasmo. Aunque no pueda descartarse totalmente una ligera victoria de los “noes”, lo cual constituiría una divina sorpresa, una maravilla, se tumbaría definitivamente esa mala Constitución, tan burocrática como inaplicable, y se salvarían las pocas posibilidades existentes de ver una futura Europa, abierta al mundo, y solidaria con las demás democracias. La vida es sueño.
