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Carlos Semprún Maura

Días melancólicos

Da la casualidad de que estos mismos días se celebran en París dos aniversarios: los 40 años de Mayo del 68 y los 60 del actual estado de Israel. Uno es heroico, trágico y sangriento; el otro es un vodevil.

Hace un par de días François Bayrou lanzó por televisión su habitual retahíla contra Sarkozy y puntualizó: "Lo peor de todo es que defiende el capitalismo y la globalización. Ningún presidente francés ha dicho cosas semejantes." No recuerdo yo que los presidentes Pompidou o Giscard se hayan mostrado muy "anticapitalistas". Mitterrand, hipócritamente, sí, mientras favorecía a sus amiguetes, turbios capitalistas semibandoleros. En cuanto a Chirac, fue tan incoherente en estas materias como en otras y dijo muchas bobadas, como que "el liberalismo es tan nefasto como el comunismo".

Los periodistas que entrevistaban a Bayrou, todos progres, se extrañaron de su virulencia anticapitalista y dijeron que hasta la izquierda, hoy, acepta la economía de mercado. "La economía de mercado, sí, el capitalismo, no", exclamó Bayrou. Lo mismo dice el PS. Que estos señores nos expliquen cómo puede existir una economía de mercado anticapitalista. Yo, claro, considero que Sarkozy no es suficientemente liberal en el terreno económico y demasiado demagogo en sus ataques al capitalismo financiero.

Da la casualidad de que estos mismos días se celebran en París dos aniversarios: los 40 años de Mayo del 68 y los 60 del actual estado de Israel. Uno es heroico, trágico y sangriento; el otro es un vodevil. Me ha llamado la atención, sin extrañarme, pues son cosas que pasan, que la celebración del vodevil tiene un carácter y un tono oficial, solemne, aburrido y académico, que contradice totalmente el "espíritu de mayo", mucho más festivo, gamberro y libertario. Pero de eso se trata, precisamente, de un entierro coronado de flores.

La historia del actual estado de Israel (hubo otros) es para mí demasiado importante como para resumirla en dos líneas. He notado que se he dado bastante importancia al evento en los medios galos, midiendo con esmero las opiniones favorables a Israel y las críticas feroces, dando una de cal y otra de arena para aparentar cierta objetividad informativa. Varias veces he oído o leído, de nuevo, que no hay "solución militar" y que por lo tanto Israel debe negociar con los palestinos. Si con ese sofisma quieren decir que Israel no puede imponer sus criterios militarmente al gigantesco mundo árabe, parece cosa evidente, pero si pretenden convencernos de que se puede negociar seriamente con Hamás, Hezbolá, Irán, etc., es que son imbéciles, como Daniel Barenboim, o reciben subvenciones de Arabia Saudí. Lo dijo el terrorista Arafat, en Camp David: "Si firmo, me matan."

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