Los tres principales personajes políticos de Francia, o sea, el presidente, y los dos candidatos con más posibilidades supuestas de sustituirle dentro de apenas cuatro meses, "Sego" y "Sarko", enviaron sus tradicionales mensajes de felicitación por el año nuevo a los franceses, con una puntualidad también tradicional. Me llamó la atención que ninguno de los tres hiciera alusión al atentado de Barajas, ocurrido unas horas antes, ni a los de Bangkok, ni a las guerras de Irak y Afganistán. Tampoco hicieron, evidente y desgraciadamente, la más mínima referencia a la larga guerra de la democracia contra el fanatismo terrorista. Fueron, en fin, declaraciones de uso interno, para patinar por casa.
El presidente Chirac usó el medio tradicional de la televisión, elogió la gran obra de su gobierno, como es costumbre, y cedió a la moda con algún párrafo ecológico, lo cual le permitió mentir como un cosaco, afirmando que una política medioambiental fortalecería la economía, aumentaría la productividad y doparía el bienestar, liquidando el paro. También cedió a la actualidad afirmando que había que solucionar ya, el problema de los SDF, los "sin techo". Balivernes!
Nicolás Sarkozy y Ségolène Royal, por primera vez, eligieron Internet, con lo cual tuve la suerte de no verlos. Continuando con su táctica que le ha dado buenos resultados, la Royal repitió: "Decirme lo que queréis y lo haremos juntos". Es la misma táctica que utiliza como presidenta de la región Poitou-Charente: tiene su blog, organiza "foros ciudadanos, todas las apariencias apuntarían a que ofrece la famosa "democracia participativa". Pero, a la hora de decidir, decide sola, sin contar siquiera con la opinión de los miembros elegidos –de la oposición, o del PS– de su Consejo Regional. Pero la trampa funciona. Siendo Nicolas Sarkozy la única y pobre esperanza de que Francia no se hunda definitivamente, seré con él munificent (como solía decir el barón de Clappique), y me limitaré a constatar que estuvo mejor en otras ocasiones. Los tres hicieron gala de patriotismo y autobombo, y sólo aludieron al extranjero para exaltar el magnífico papel pasado, presente y futuro de Francia, en Europa y en el mundo. Conneries!
Volviendo a la realidad, es cierto que, como Nicolas Hulot con sus juguetes ecológicos, la novísima asociación "Los hijos de Don Quijote" ha logrado un gran éxito mediático y político. Pero todo tiene mucho de cuento de hadas navideño, porque nadie va a ceder gratuitamente alojamientos a los SDF, que no pueden pagar alquileres, y en cuanto a aumentar las plazas disponibles en centros de acogida especiales, habría que empezar por cambiar dichos centros, porque como en ellos los mendigos, de viejo o nuevo cuño, no pueden ni beber alcohol ni fumar, muchos prefieren la libertad y el riesgo de la calle a esos centros que consideran como cárceles. Pero estamos en una temporada de sueños, ensueños y mentiras. Feliz año, pobres de nosotros...
