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Carlos Semprún Maura

Fumar es un placer sensual

Este domingo por la tarde, como otros, salí a dar un paseo con Nina. Hacía como desde hace meses un sol espléndido, aunque haya refrescado demasiado para mis vieux os. Me paré en una brasserie, con rincón estanco, para comprar cigarrillos. Mis cajetillas, no la de Nina, no fumamos la misma marca, llevaban en gruesas y feas letras: “Fumar mata”. Le dije a la dependienta: “Si fumar mata, ustedes son asesinos”. Se puso furiosa: ellos nada tenían que ver, eran reglamentos “europeos” que imponían ese membrete. Desde luego, era una broma, pero no le gustó. Los asesinos son los Gobiernos, ya que no sólo venden veneno mortal, según ellos, sino que se enriquecen con esta venta; debido a las paranoicas tasas estatales que imponen a la venta de tabaco, y anuncian otro aumento del 20% para Octubre. Además, en Francia, la producción de tabaco es monopolio estatal.

Lo mismo ocurre con los automóviles, pongamos. La propaganda oficial denuncia la superabundancia de coches en las ciudades, la contaminación que ello produce, pero como el 80% del precio del litro de gasolina va al Estado, ustedes me dirán si les conviene reducir el tráfico, o promocionar los “motores limpios” que consumen mucho menos. Vivimos en sociedades profundamente hipócritas. El considerable aumento de los impuestos indirectos permitirá al Gobierno Raffarin, reducir en un 3% los impuestos sobre la renta, que, además, sólo paga el 50% de los contribuyentes. Otra hipocresía. Es, sin embargo, sobre esta disminución del 3%, que la oposición de izquierdas crítica violentamente al Gobierno. El PS quiere “rehabilitar” el impuesto, única forma, dicen, de salvar los servicios públicos. Única forma, en realidad, de mantener los privilegios de los funcionarios. Retahíla rancia.

La otra noche, por televisión, Jacques Julliard (“Le Nouvel-Observateur”), comentaba las tremendas dificultades que existen en Francia para realizar la menor reforma. Parecía considerar que eso se debía a una mentalidad típicamente francesa, y es cierto que existe aquí una “religión” del Estado todopoderoso, todobondadoso, pero también se trata de preservar privilegios muy concretos. Afirmaba Julliard que Laurent Fabius, Strauss-Kahn, y otros “elefantes” del PS, que conoce bien, son los suyos, no pueden decir públicamente lo que piensan sobre la necesidad de las reformas, porque eso equivaldría a suicidarse políticamente. Seguimos en el reino (republicano) de la hipocresía.

Pero resulta que, a veces, en Francia, la Justicia es independiente. Pese a los deseos de Chirac, el preso libre José Bové no podrá ir a Cancún para incordiar en la Cumbre de la OMC, porque así lo exige la ley. Para compensar, los medios hicieron de él el “héroe” de este fin de semana, y así pudo demostrar, una vez más, que es el más imbécil de todos los líderes populistas que Francia haya conocido, y ha conocido bastantes. “Fumar es un placer sensual”, cantaba Sarita Montiel, de vuelta de “Veracruz”, y mientras que en Francia te hacen pagar muy caro ese placer, en Holanda te venden grifa en las farmacias. Curiosa Europa.

Este lunes fui de nuevo a un estanco, para comprar cigarrillos. Leí el mensaje de “Big Brother”, y me enteré de que el tabaco no sólo mata, sino que te convierte en impotente sexual. Y eso me lo dicen a mí que fumo desde que tengo trece años...


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