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Carlos Semprún Maura

Help!

Los medios, dándola ya por presidenta, la comparan unos a Juana de Arco, otros a Stalin y los demás al Dalai Lama. Es la Providencia con falda, la Evita Perón de los funcionarios; todos los medios chorrean de admiración por Ségolène.

La idea que Ségolène Royal sea presidenta de la República y tenga derecho a pulsar el mando del arma nuclear francesa, hacer y deshacer gobiernos, disolver la Asamblea Nacional, organizar campos "humanitarios" para jóvenes delincuentes en Senegal, declarar la guerra a Israel (teniendo en cuenta las actuales tensiones, además...) y lo que te rondaré, morena, me da escalofríos. Así que preparo ya mi exilio político.

No es que sea significativo el voto interno del PS que la ha declarado candidata, y que concierne a unas cien mil personas, en un país con... ¿cuántos? ¿Cuarenta millones de electores, quizá? Y más cuando se sabe que esas elecciones internas están amañadas, como se demostró con la consulta interna que dio la mayoría al "sí" a la Constitución europea y, cuando se votó de verdad, la mayoría de los mismos socialistas votó "no". Se trata, pues, de un fenómeno totalmente irracional, en el que las consideraciones políticas se esfuman, un tipo de culto a la personalidad supersticioso, basado en la idea boba y a la moda de que será la primera mujer presidenta; eso es tan sexy y tan people que se olvidan del resto y, en primer lugar, de quién es esa mujer: una imbécil y una futura dictadora. Nada que ver con Angela Merkel o Condoleezza Rice. ¡Y no hablemos de Margaret Thatcher!

Lo más repugnante es ver a los caciques del partido socialista, que hace dos días la criticaban, arrodillarse con la esperanza de obtener una cartera o un tenderete. Los medios, dándola ya por presidenta, la comparan unos a Juana de Arco, otros a Stalin y los demás al Dalai Lama. Es la Providencia con falda, la Evita Perón de los funcionarios; todos los medios chorrean de admiración por Ségolène, hasta Le Figaro, del que hubiera podido esperarse otra cosa teniendo en cuenta su historia y su actual postura de "apoyo crítico" a la derecha.

Nada, absolutamente nada, permite hoy considerarla vencedora en 2007, pero como casi todos parecen dar por sentado que ya ha ganado, seguramente lo consiga. Sólo un milagro puede salvarnos de esa catástrofe, como, por ejemplo, que la izquierda de la izquierda encuentre un candidato. No ganaría a Ségolène, pero si obtiene el 10,12% en la primera vuelta la haría perder. Sarkozy también podría ganar si hace una buena campaña, pero los chiraquianos harán lo posible para que pierda. En esta campaña no se va a sumar, se va a restar.

Por lo tanto me voy, pido refugio político. Pero, ¿dónde? A Italia imposible, con ese gobierno Prodi-comunista. ¿A España? Pero, ¿dónde está España? Sus provincias la han dinamitado. ¿A la Comunidad de Madrid? Admitiendo que me acepten, ¿tiene derecho a conceder asilo político a un madrileño? Help! ¡Socorro! Aiuto!

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