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Carlos Semprún Maura

Indígenas

En la UMP, las candidaturas "implícitas" contra Sarkozy se multiplican: que si Chirac, que si De Villepin, que si Alliot-Marie; cualquiera vale con tal de que no sea el "húngaro".

Una película, "Indigènes", ha armado cierto revuelo estas últimas semanas. Trata del sacrificio y heroísmo de los indígenas de las entonces colonias francesas que durante la Segunda Guerra Mundial combatieron y murieron por la patria o, en todo caso, por Francia. Este elogio del colonialismo –porque si no hubiera sido positivo no se hubieran alistado esos jóvenes para luchar por la metrópoli colonial–, por lo visto, ha emocionado tanto al presidente Chirac y a su esposa Bernardette, que han decidido aumentar las pensiones de esos ex combatientes, que eran muy inferiores a las de los demás ex combatientes indígenas, en este caso franceses. Pero se trata de sumas tan miserables, tanto las que recibían como las que van a recibir, que no me atrevo a citarlas.


Este elogio del colonialismo, como ocurre a menudo con estos temas, es demasiado simplista. Daré un solo ejemplo: Ben Bella fue un valiente suboficial del ejército francés en esa guerra. Se distinguió, entre otras batallas, en la tremenda de Monte-Casino (Italia), fue condecorado varias veces y sólo diez años después (1954), fue uno de los dirigentes de la insurrección armada argelina contra Francia y el primer presidente de Argelia independiente. Desarrollen ustedes ese pensamiento...

Noté con satisfacción que, si bien las autoridades, los sindicatos, los partidos y las organizaciones de derechos inhumanos, vendidas al Gran Capital musulmán, siguen mudas, cuando no llueven sobre mojado insultando a Redeker, la opinión pública resiste bastante a esa inquisición y a esa cobardía. Se multiplican los artículos de protesta y las intervenciones por televisión apoyando al profesor condenado a muerte por los islamistas. No es gran cosa, y yo habría preferido que Redeker hubiera podido moverse e incluso trabajar rodeado y protegido por sus colegas, sus vecinos, sus amigos y los verdaderos defensores de los derechos humanos, que se han limitado a enviar un e-mail o a escribir algún artículo de protesta. Pero algo es algo.

En cuanto a la campaña presidencial, cada vez está peor paral’espirit français. La modelo deprêt-à-porterSegolène Royal está casi –casi– segura de ser la candidata oficial del PS, gracias a los trapicheos de su "compañero sentimental", Hollande. El único que podría hacer secesión es Laurent Fabius, repitiendo la rebelión contra su partido que encabezó con motivo de la constitución europea, apoyando el finalmente triunfante "no" socialista. En la UMP, las candidaturas "implícitas" contra Sarkozy se multiplican: que si Chirac, que si De Villepin, que si Alliot-Marie; cualquiera vale con tal de que no sea el "húngaro". Cada vez es más probable que Le Pen esté presente en la segunda vuelta y, si las cosas siguen así en la UMP y en el PS, seguro que así es.

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