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Carlos Semprún Maura

La hora de las comisiones

Gracias a la "excepción cultural francesa" todo es feo, tanto las personas como las películas.

La semana pasada eché un rápido vistazo a la retransmisión de la ceremonia de los César, pálida copia de los Oscar, y quedé aterrado: mujeres, hombres... eran todos horrendos. El único que aún tenía pinta de galán era el veterano Alain Delon. Incluso la nueva estrella cubierta de premios, y con apellido de comique troupier, Marion Cotillard, es feísima. La fealdad se extiende por las pantallas galas con una arrogancia sorprendente. Se me dirá que se puede ser feo y tener talento. Desde luego, Michel Simon era feísimo y genial. Pero resulta que los de ahora son feos sin talento. Gracias a la "excepción cultural francesa" todo es feo, tanto las personas como las películas.

Por fin un sondeo favorable a Sarkozy. Le Figaro informa que el 80% de los franceses apoyan su proyecto de ley que prevé que los criminales peligrosos y reincidentes, una vez cumplida su pena de cárcel, sigan bajo control judicial y médico en centros especializados. Se trata de pocas personas en realidad: violadores-asesinos de niños, de mujeres, serial-killers... o sea, criminales empedernidos que apenas salen de la cárcel vuelven a comer sus crímenes, como se han dado varios casos estos últimos años.

El Consejo Constitucional ha aprobado el proyecto, a condición de que su aplicación no sea retroactiva. Yo no entiendo nada en cuestiones jurídicas, porque el otro día la ministra de Justicia, Rachida Dati, nos explicaba que no había el menor problema con el fallo del Consejo Constitucional y que la ley iba a aplicarse inmediatamente. ¿Qué pasa con la retroactividad, entonces, y por qué Sarkozy ha pedido al presidente de la Cour de Cassation que busque una solución?

Probablemente se nombrará una comisión, porque ha llegado la hora de las comisiones. Tuvimos la comisión Attali, cuyas propuestas están, por ahora, esperando en la cuneta. Se nombrará otra comisión para decidir cuáles son las que hay que aceptar, y cuáles no. La supresión de la publicidad en la televisión estatal ha armado un gran revuelo entre los profesionales del ramo, más interesados por el parné que por la calidad. Se ha nombrado una comisión parlamentaria para estudiar la reforma.

El antisemitismo latente en Francia ha explotado con motivo de la propuesta de Sarkozy de que los alumnos de primaria se hagan simbólicamente cargo de los niños judíos asesinados por los nazis. Por todas partes se decía que había metido gravemente la pata. Pues se ha creado una comisión, presidida por el ministro de Educación, Xavier Darcos, y en la que están Simone Veil y otros para precisar las modalidades de su aplicación, pero no para abandonar el "deber de memoria" de la Shoa. Uno de los problemas pendientes, es que, efectivamente, los niños de 10 años son demasiado niños para cargar con ese peso simbólico. La entrada al Memorial de la Shoa, en Jerusalén, está prohibida a los menores de 10 años.

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