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Carlos Semprún Maura

La inexistencia de ETA

Por primera vez en la historia de las relaciones franco-españolas, Francia se ha convertido en aliado objetivo de los españoles enemigos del nacionalterrorismo.

Está visto que "el proceso de paz", la "tregua trampa" o como se califique la rendición zapaterista ante ETA encuentra serios obstáculos y fuertes resistencias. Dejando de lado, por ahora, las resistencias españolas, voy a insistir en lo que ya he escrito alguna vez y ahora se ha hecho evidente para todos: Francia no traga las mentiras zapateristas y obliga al gobierno provisional a destapar sus inmundicias. Por primera vez en la historia de las relaciones franco-españolas, Francia se ha convertido en aliado objetivo de los españoles enemigos del nacionalterrorismo.

La semana pasada la policía francesa detiene a tres etarras y afirma la persistencia del terrorismo. Rubalcaba y sus compinches, molestos, declaran: "Francia exagera, no es para tanto". La policía gala detiene a tres nuevos etarras, dos días después, y Rubalcaba, cada vez más nervioso, proclama: "Eso demuestra que no hemos bajado la guardia". Vosotros os habéis bajado hasta los pantalones y es la policía francesa la que detiene a los terroristas y os obliga a "colaborar". Las razones son sencillas: ETA exige una provincia francesa y, con su chulería habitual –que tan bien ha funcionado con este desastroso gobierno–, amenaza con atentados si Francia no cede. La respuesta gala es tajante y seguirá siéndolo, porque nadie en Francia está dispuesto a ceder un ápice en la unidad e integridad de la nación. Con este gobierno de aquelarre ocurre exactamente lo contrario: habiendo afirmado y reafirmado la inexistencia de ETA, la realidad del sendero luminoso de la paz eterna y otras fariboles cobardes, ante las acciones de la Policía y magistratura antiterrorista francesas se desinflan, y se ve que el rey está desnudo, y su Majestad, también.

Aunque no me lo crea del todo, existe, sin embargo, un cierto peligro de que, con Ségolène Royal presidenta, la actual postura francesa se haga más confusa y endeble. Con sus teorías "regionalistas", vagas y arcaicas, podría considerar progre negociar con ETA del mismo modo en que la muy pirada ha "negociado" con Hezbolá en Beirut hace un par de días. En efecto, como primer acto diplomático de futura presidenta, estuvo en Próximo Oriente y declaró a Mahmud Abbas y al gobierno israelí que ella tenía la solución de todos sus problemas, y que ésta era la paz. ¿Y cómo no se les había ocurriendo antes? Luego, en Líbano, en vísperas de una nueva guerra civil, se reúne con representantes del Hezbolá, quienes reafirman que Israel es un estado nazi que hay que destruir, y les aplaude. Al día siguiente, declara que no les había entendido o que, presa de una súbdita sordera, no había oído. No se trata de una metedura de pata, se trata de su criminal imbecilidad.

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