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Carlos Semprún Maura

La nave no va

El Festival de Cannes es muy simbólico de la decadencia cultural francesa. La crítica, por una vez unánime, lo definió como mediocre. No habiendo visto ninguna de las películas presentadas, no puedo opinar, pero viviendo en París desde 1939, sí que puedo atestiguar dicha decadencia. Los motivos son varios, porque, si siempre, en cada país, ha habido períodos más o menos brillantes, para la creación artística, o ciertas de sus expresiones, no todo va siempre junto, la política cultural, con su ministerio burocrático y su “excepción” absurda, han contribuido a empeorar las cosas.

De todas formas, estos festivales constituyen eventos mucho más comerciales que culturales, y si éste fue mediocre, también fue hipócrita. Pese a declarar de antemano que iban a seguir el sendero luminoso chiraquiano de Francia uber alles, dieron la palma de oro a una película norteamericana, Elefante, de Gus Van Sant. Se justificaron proclamando que, yanqui, sí, pero “fuera del sistema”. ¿Qué sistema ni qué ocho cuartos? Además, varias películas francesas presentadas eran producciones hollywoodianas. Eso sí, para defender su visión torpemente imperial, concedieron premios a Irán y Turquía.

Pasando a cosas más serias o desagradables, no siempre es lo mismo, lo peor para el ciudadano de a pie es la huelga de recogida de basuras. Este miércoles, cuando sólo llevamos dos días de huelga, las calles están mucho más sucias que de costumbre, porque la capital se ha convertido en una ciudad puerca desde hace varios años. ¡Es increíble la cantidad de basuras que pueden salir cada día de las casas y que ahora se acumulan en las aceras! Magnífico pretexto para nuestros filósofos muy postmarxistas de glosar el concepto de basura y la sociedad de consumo. (Yo he considerado siempre que no consumía bastante). Los sindicatos amenazan con huelga ilimitada. En Mayo de 68, la huelga de basureros duró tres semanas largas, y París se convirtió en un estercolero hasta que el Gobierno, siendo Pompidou primer ministro, se decidió a enviar el ejército a la noble tarea militar de recoger la basura.

Recordaré que París fue Numancia para la izquierda, en medio de su derrota electoral, y claro, el alcalde socialista Delanoe, le echa la culpa al Gobierno; los basureros temen por sus pensiones, por eso están en huelga. Tal vez, pero también exigen un aumento de salarios, y eso, como funcionarios municipales, depende de usted, camarada alcalde. Ante este nuevo puente, me imagino cómo estará París, el lunes próximo.

El Gobierno se ha mostrado relativamente firme estos días. El presidente Chirac ha apoyado claramente la reforma de las pensiones, planeada por el ministro de Trabajo, François Fillon, y el Primer ministro, Raffarin, lo mismo, matizando, para los sindicatos de la Educación Nacional, que eso de la descentralización, si bien en principio sigue en pie, podrían negociarse los detalles y el ritmo. Pero, precisa el Gobierno, hi hablar de boicot de los exámenes y particularmente en el bachillerato, previsto para el 12 de Junio. Los sindicatos mantienen sus proyectos de huelga y manifestaciones, y hasta de boicot de los exámenes, cuando hace pocos días, parecían vacilar. Posición incómoda, la de quienes defienden las reformas, a sabiendas de que son timoratas, cuando no francamente malas, pero que la situación actual es peor.

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