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Carlos Semprún Maura

Lunes de Carnaval

Como lo primero que hacen las autoridades francesas, antes incluso de desayunar, es leer Libertad Digital, les recordaré que el islam radical y terrorista no es esencialmente nacionalista y que es el fanatismo religioso lo que une paquistaníes a saudíes

Según se van conociendo las informaciones sobre el caso de los fetos y cadáveres de recién nacidos abandonados en los sótanos frigoríficos del hospital Saint-Vicent de Paul, de París, van disminuyendo las hipótesis sobre experimentos clandestinos en laboratorios y prevalece la tesis del olvido. Fueron 351 fetos y cadáveres de bebés, como hubieran podido ser 3.500, nadie sabía nada, un sencillo y monumental descuido. Es lógico, los hospitales franceses siendo “los mejores del mundo”, sus olvidos también lo son. Lo que, sin extrañarme, me ha llamado la atención ha sido la violenta reacción corporativista de los médicos, todos a una, han protestado airadamente contra esos “malditos políticos” que meten sus hocicos donde nadie les llama. ¿Qué sabrán ellos de lo que hacemos, o podríamos hacer, con nuestros fetos? ¿Si los utilizamos o no en la enseñanza médica? Si los políticos tuvieran derecho a meterse en nuestros asuntos eso significaría que nuestra civilización se derrumba, han llegado a decir algunos profesores. No paran de exigir más dinero de esos malditos políticos, pero al mismo tiempo consideran que los problemas de ética, tan esenciales, son su coto vedado. ¡Pandilla de peligrosos farsantes!
 
Se están aprobando por decreto –sin discusión ni voto en el Parlamento–, las primeras medidas del gobierno de Villepin para luchar contra el paro. Se verá si surten el menor efecto, por ahora sólo diré que son muy timoratas y que copian, a la chita callando, lo que ya se ha hecho y mejor en otros países. Un ejemplo, un nuevo contrato laboral autoriza las empresas de menos de 20 empleados a contratar y despedir libremente durante dos años. ¿Por qué sólo dos? Esto constituye una primera pero ínfima brecha en la legislación laboral de inspiración franco-falangista que reina en Francia. Por otra parte las agencias para el empleo (ANPE) van a poder sancionar los abusos de los parados que reiteradamente rehúsen los empleos que se les ofrece. Las primeras sanciones serán leves –dos meses de suspensión del subsidio– pero podrán llegar a su supresión total. Las ANPE van a gozar de amplia autonomía en la gestión de estos conflictos y eso me da mala espina, porque dichas agencias a lo largo de tantos años se han convertido en burocracias sin espíritu de iniciativa ni de justicia.
 
Si los hospitales franceses son “los mejores del mundo”, el resto también lo es; sus quesos, sus ranas y, no faltaba más, su policía.Le Figarode hoy anuncia en primera plana que losRenseignements génerauxhabían dado a conocer al gobierno, en junio y en una nota confidencial, los peligros de una “inquietante red pakistaní” que preparaba atentados en el Reino Unido sin descartar la posibilidad de algo parecido en Francia. Y eso, resalta el diario, poco antes de que ocurrieran los atentados de Londres. ¿Habrán comunicado sus informaciones aScotland Yard? LosRenseignements génerauxrecomiendan en dicha nota una vigilancia constante de los 35 a 40.000 paquistaníes residentes en Francia. Como lo primero que hacen las autoridades francesas, antes incluso de desayunar, es leerLibertad Digital, les recordaré que el islam radical y terrorista no es esencialmente nacionalista y que es el fanatismo religioso lo que une paquistaníes a saudíes, argelinos a marroquíes, etcétera. Además, los atentados ya sufridos por Francia fueron causados por libios, iraníes o argelinos. Lo que habría que vigilar (y descubrir) son todos los sectores del islam radical, cualquiera que sea su origen, y no limitarse a los paquistaníes.

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