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Carlos Semprún Maura

No pasa nada

A mí siempre me ha extrañado, y a veces irritado, esa pasión por el fútbol que sienten tantos millones de personas en todo el mundo, como si perder la Eurocopa, o el Mundial, fuera perder su honor.

Este martes propuse a nuestros invitados mover la tele, o la mesa, por si querían ver el partido Francia-Italia. Por amplia mayoría decidimos que preferíamos charlar, dejando el fútbol para otra ocasión. Pero conociendo la afición de François, dejé la tele, como un sonido bajito, y cada diez minutos se levantaba, para echar un vistazo al partido. "Uno cero", anunció, con voz trémula. ¿Quién gana? "Italia, por ahora". Un rato después: dos cero. ¿Quién gana? Italia. Se esforzaba por sonreír y bromear, pero su rostro se desmoronaba, y como el suyo el de millones de franceses. A mí siempre me ha extrañado, y a veces irritado, esa pasión por el fútbol que sienten tantos millones de personas en todo el mundo, como si perder la Eurocopa, o el Mundial, fuera perder su honor.

Pasando a cosas, para mí, más serias, el Libro Blanco sobre la modernización del Ejército, presentado asimismo ayer, por Nicolas Sarkozy, me parece inteligente. Yo no soy –¡Dios me libre!– perito militar, pero reducir los efectivos para profesionalizar el Ejército, dotarle de un mejor y más moderno armamento, privilegiar los servicios de Inteligencia militares y las demás medidas anunciadas son cosas de sentido común.

Lo que me llamó la atención fue la firmeza y claridad con las que Nicolas Sarkozy designó los nuevos peligros y los nuevos enemigos: el terrorismo. Hace tiempo que es así, pero es la primera vez que un presidente de la República habla tan claro. Por lo general, los presidentes, la clase política gala, los periodistas, se autocensuran todos cuando se trata de alertar sobre el peligro del terrorismo islámico. Prefieren hablar del diálogo de civilizaciones. Y como al mismo tiempo Sarkozy ha decidido romper con la tradición gaullista y volver plenamente al mando militar de la OTAN, yo, que le he criticado recientemente, debo reconocer que en este caso acierta.

Sigo muy escéptico, en cambio, en cuanto a la Unión Mediterránea, y a la presencia del dictador-asesino sirio, Assad, y otros dictadores "mediterráneos" en las ceremonias de la Fiesta Nacional del 14 de Julio. Para defender a Sarkozy, nos dicen que también estará Olmert y que hasta es posible que el primer ministro israelí converse con Assad en París. Pero Israel y Siria ya han entablado negociaciones paralelas en Turquía y no es la primera vez que negocian, sin que haya servido de nada. Recuerden, por ejemplo, a Arafat en Camp David estrechando las manos de los dirigentes israelíes, algo que le valió el Premio Nobel de la Paz pero que no paró la guerra.

Como estaba previsto, la gran jornada de huelga y manifestaciones sindicales a favor de las 35 horas, de las pensiones y del clima, en la que no participaron todos los sindicatos, ha movilizado poco y sin entusiasmo real. Tendréis que revisar vuestras consignas si queréis movilizar, camaradas sindicalistas.

Por cierto, el 18 de Junio de 1940 el general De Gaulle lanzó, desde Londres, su famoso llamamiento a la resistencia contra la Alemania nazi. Es lo mejor que ha hecho en toda su vida y precisamente por eso Vichy lo condenó a muerte.

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