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Carlos Semprún Maura

Pierre Goldmann

El caso de Pierre Goldmann es algo diferente, pero se resume en una interrogación: ¿es culpable o inocente del asesinato de dos farmacéuticas, cometido durante un atraco para robar droga? El profundo contenido revolucionario de tal hazaña salta a la vista

Pierre Goldmann forma parte de estos héroes de hojalata que la izquierda “Rive Gauche” echa en su sopa boba para darle un poco de pimienta y de emoción barata. Para ello es necesario que el héroe tenga sangre en las manos, e ideología comunista. Un “comunista combatiente”, como Toni Negri o Cesare Sabatini. Hace años se intentó algo semejante con Regis Debray, detenido en Bolivia, pero su miedo era tan evidente que obstaculizó el montaje de una leyenda.

El caso de Pierre Goldmann es algo diferente, pero se resume en una interrogación: ¿es culpable o inocente del asesinato de dos farmacéuticas, cometido durante un atraco para robar droga? El profundo contenido revolucionario de tal hazaña salta a la vista...

Encarcelado como sospechoso, Goldmann escribió un libro: Recuerdos confusos de un judío polaco nacido en Francia, que entusiasmó a Sartre, las dos Simones (De Beauvoir y Signoret), Patrice Chereau y bastantes más. Yo jamás he logrado terminarlo.

Se le consideró un héroe romántico cuyo único deseo era morir con las armas en la mano, como sus padres, resistentes de la MOI-FTP. Pero resulta que sus padres, que sí fueron resistentes, no murieron, y Goldmann senior, en 1968, tuvo que huir de la Polonia comunista, su patria, debido a una de las más crueles oleadas de antisemitismo que ha conocido el mundo comunista, mientras su hijo jugaba a las barricadas comunistas en el Barrio Latino.

Cuando Pierre Goldmann fue encarcelado, lo único que le interesaba a su padre era saber si era o no inocente, porque no le entraba en la cabeza que el asesinato de dos farmacéuticas pudiera considerarse una acción revolucionaria.

Habiendo sido el asesinado él mismo, el enigma Pierre Goldmann sigue en pie, y la semana pasada, por France 3, pusieron un documental sobre este enigma de interés muy relativo que, si no aclara definitivamente las circunstancias del atraco a la farmacia del bulevard Richard Lenoir, ni la culpabilidad o complicidad de Goldmann en el asesinato de dos inocentes farmacéuticas, en cambio da una nueva versión sobre su propia muerte.

Las actividades de Goldmann, aparte de escribir, eran delictivas; el hampa por él considerado revolucionario y el hampa considerado por los tribunales y la prensa como “común”. Poco antes de su muerte, Goldmann participaba en un tráfico de armas para ETA y en un tráfico de drogas para él.

Era la época de los GAL, y los amigos del hampa de Goldmann que le ayudaban en sus tráficos de drogas formaban parte de las bandas que proporcionaban los tueurs à gages (asesinos a sueldo) de los GAL, a las órdenes del Gobierno socialista de Felipe González, encargados de asesinar a supuestos dirigentes de ETA. Pero está demostrado que, como buenos bandidos, no eran muy rigurosos, y si no encontraban al dirigente designado asesinaban a un segundón, o a un inocente. De todas formas, se les pagaba por cabeza.

La hipótesis de que fueron los matones de los GAL quienes asesinaron a Goldmann, no como traficante de drogas, sino de armas para ETA, la oí por primera vez el viernes pasado, a medianoche, en la cadena France 3, y era un comisario de policía francés quien hablaba; un comisario encargado por su jerarquía de encontrar en el hampa de Marsella y de Burdeos los matones profesionales para formar los GAL y asesinar a etarras, reales o supuestos.

Tampoco descartaba el comisario que a los motivos “políticos” de liquidar a un traficante de armas para ETA, se añadieran motivos de venganza personal: Goldmann había hecho muchas putadas en torno suyo, y tenía muchas deudas pendientes. A todas luces, un héroe comunista...

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